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Plan de Clasificación y Retribución de la UPR no se actualiza hace más de 40 años

Este plan facilita los procesos del establecimiento de las escalas de retribución para que reflejen y garanticen el principio de igual paga por igual trabajo

Torre de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras / Foto: Dennis Jones

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La última revisión comprensiva del Plan de Clasificación y Retribución de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se efectuó hace más de cuatro décadas, en 1978, provocando que los salarios de los trabajadores universitarios sean de los más bajos entre los servidores públicos del país.

La Comisión de Hacienda y Presupuesto, presidida por el representante Jesus Santa Rodriguez, realizó hoy una vista pública sobre la Resolución de la Cámara 149 referente al impacto de la aplicación de aumento en el salario mínimo, así como el estado de situación del Plan de Clasificación y Retribución para empleados docentes y no docentes de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

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Mediante esta resolución, la Comisión investiga todo asunto relacionado con la situación fiscal del gobierno, y el cumplimiento de las exigencias del Plan Fiscal Comprensivo exigido por la legislación “PROMESA”.

El presidente de la institución, Luis A. Ferrao, explicó que el personal docente se rige por un sistema de rangos y el no docente es clasificado y compensado a través de Planes de Clasificación y Retribución dispuestos en el Reglamento General de la UPR, Capítulo VIII, Artículos 73 y 74, respectivamente.

Las actuales escalas retributivas están basadas en un “rate” por hora de $6.92, y para cumplir con la ley federal, la institución solo aumenta las escalas básicas que están por debajo del salario mínimo. Al momento hay 620 empleados con este salario, un total de $1,125 mensuales.

Los empleados de la UPR no reciben un aumento desde hace 10 años y han visto una precariedad en sus condiciones laborales, lo que ha provocado la reducción de la nómina general.

“Eventos recientes como el alto incremento en la inflación, así como el aumento del salario mínimo por medio de la Ley Núm. 47 del año 2021 ha creado un mercado laboral de difícil reclutamiento para la Universidad bajo las condiciones actuales y una tasa de rotación (turnover) sumamente alta. Esta situación se agrava para la institución que por su naturaleza requiere de empleados con altas competencias tanto en el campo docente como no docente”, indicó Ferrao.

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Las proyecciones del presidente de la institución demuestran que aplicar los aumentos previstos por la Ley 47 tendría un impacto de aumento en el gasto de nómina y beneficios de más de $20 millones para el año entrante y de más de $46 millones para el año fiscal 2025-2026.

“Según informado en la mesa de negociación por la propia administración universitaria, un término de las trabajadoras y trabajadores universitarios se encuentran cobrando por debajo del mínimo salarial. De la data provista por la administración universitaria en mayo del 2022 podemos indicar que en nuestra unidad apropiada hay 1,446 compañeras y compañeros que no tienen permanencia en el Sistema UPR”, aseguró la presidenta de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes de la UPR (HEEND), Jannelle Santana.

Añadió que hace poco más de dos años, a través de la Oficina de Transformación Institucional, se autorizó la contratación de la compañía Alternative Marketing Solutions para que actualizara el Plan de Clasificación y Retribución de la UPR.

“Dicho proceso fue uno amañado y se determinó por parte de la administración universitaria y la Junta de Gobierno que hubo fallas administrativas significativas y se encuentra en un proceso de auditoría”, señaló Santana.

Sin embargo, según Ferrao, ya firmaron un acuerdo con el Centro de Estudios Multidisciplinarios sobre Gobierno y Asuntos Públicos (CEMGAP), adscrito a la Escuela Graduada de Administración Pública del Recinto de Río Piedras, para la actualización de los planes de clasificación y retribución de la Universidad en un periodo de 15 meses.

Estimó que, una vez adoptado el plan, el impacto económico anual será de un incremento de aproximadamente $40 millones en el gasto de nómina y beneficios marginales del presupuesto general de forma recurrente.

“Ha habido dejadez, eso hay que admitirlo. Asuntos básicos como la cuestión salarial, el plan de retribución, revisarlo, ponerlo al día, eso no se había hecho en prácticamente 40 años. Otra cosa básica como pintar un edificio, en un país tropical que la lluvia despinta rápido, 30 años sin pintar un edificio…Hay que admitir que hay un grado de dejadez, no quiero culpar a nadie en especifico, pero la dejadez está y lamento tener que decirlo…”, indicó Ferrao.

La HEEND hizo un llamado a la Comisión para que solicite y realice una investigación de los puestos y salarios para el personal de confianza tanto en la administración central como en los recintos. Así como los contratos que se extienden a compañías y consultores externos.

Las condiciones laborales han representado una reducción de alrededor de 13% en la cantidad de empleados. Para el año fiscal 2021-2022, hubo 3,506 empleados docentes y 5,629 no docentes, para un total de 9,135 empleados, según la ponencia del presidente de la UPR.

La reducción de la nómina compromete a la vez los servicios que brinda la universidad. Por ejemplo, el difícil reclutamiento de abogados y contables que ganan un sueldo de entre $1,500 a $2,000 mensuales en la industria pública y el triple en una empresa privada, provoca una carencia en la entrega de estados financieros y retrasan la revisión de contratos para que las acreditaciones estén al día.

“Esta situación también agrava la prestación de servicios como los de la salud, el ‘rate’ que se le paga a los médicos de la facultad de trauma del Recinto de Ciencias Médicas que brindan servicios de guardias 24/7 para atender todas las condiciones de cirugía de trauma, cuidado crítico y cirugía general es de $70 dólares la hora, mientras que otros profesionales de la salud con menos exposición a riesgo en la empresa privada ganan alrededor de $300 dólares por hora”, señaló Ferrao.

En su ponencia el presidente de la UPR aseguró que, en el marco de PROMESA, ha habido una reducción de un 43% de las aportaciones del gobierno central a la UPR desde la congelación de la fórmula en el 2014 hasta el presente. Con la tasa de inflación, esta cifra realmente representa un 54%.

De la misma forma mencionó que de los $758 millones de presupuesto para el fondo general de la UPR que fueron asignados para el año fiscal 2022-2023, $600 millones fueron utilizados para el gasto de nómina y beneficios, lo que representa un 80% del fondo general.

Esta cantidad sumada con el servicio a la deuda, que es de $48 millones al año, representa un 85% del presupuesto, lo que deja solo un 15% disponible para demás gastos como utilidades, pago de acreditaciones, materiales y servicios.

Según Carlos Rodriguez, director de presupuesto de la UPR, el presupuesto más alto que ha tenido la UPR fue de sobre $900 millones en el año 2016. En ese momento hubo una matrícula de aproximadamente 61,000 estudiantes. Actualmente hay una matrícula de 43,000 estudiantes.

Aseguró que el presupuesto óptimo para atender las necesidades actuales y fomentar el desarrollo de la universidad sería de $811 millones.

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