BRUSELAS (AP) — Los países de la Unión Europea acordaron el jueves permitir a Croacia abrir por completo sus fronteras y participar en la zona de viajes sin pasaporte de la UE, pero no han anunciado una decisión sobre los otros dos miembros más recientes del bloque: Bulgaria y Rumanía.
“La zona de Schengen crece por primera vez en más de una década”, tuiteó la República Checa, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE. ”¡Los ministros aprobaron la membresía de Croacia a partir del 1 de enero de 2023!”
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La llamada zona Schengen es la zona de viajes sin controles de identidad más grande del mundo. Abarca 26 países —22 de la UE, Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Casi 1,7 millones de personas viven en un país de la zona Schengen y trabajan en otro. Alrededor de 3,5 millones cruzan una frontera interna cada día.
Pero el pleno acceso para los más recientes miembros de la UE —Bulgaria y Rumanía se unieron al bloque en 2007 y Croacia en 2013— requiere un apoyo unánime de sus socios, y en la víspera de la reunión de ministros de Interior en Bruselas para analizar sus casos aún se estaban presentando objeciones.
Los tres países de antemano cumplen parcialmente con las normas de Schengen, pero aún no se han levantado los controles fronterizos. La oposición se ha centrado en preocupaciones de los países socios sobre el alcance del crimen organizado, la inmigración irregular y otros problemas de seguridad.
El mes pasado, la rama ejecutiva de la UE, la Comisión Europea, determinó que los tres países cumplen los criterios técnicos para sumarse y el Parlamento Europeo también ha votado a favor de su ingreso.
“Somos más fuertes, no más débiles, a través de la ampliación de Schengen”, dijo el vicepresidente de la Comisión, Margaritis Schinas, mientras los ministros del Interior de la UE se reunían para discutir el tema. “Ampliar Schengen supone más y mejores controles, no menos”.
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“Confío en que prevalezcan el sentido común y las mentes abiertas”, añadió.
La solicitud de Croacia no recibió ninguna oposición importante de sus socios. Pero Austria parecía casi decidida a vetar las peticiones de Bulgaria y Rumanía debido a la inmigración, cuando aumenta el número de personas que cruza sus fronteras sin autorización a través de los Balcanes.
El ministro austriaco del Interior, Gerhard Karner, reiteró la firme oposición de su país a la expansión de la zona Schengen y subrayó que más de 100.000 personas han ingresado sin autorización legal a Austria este año.
“En este momento el sistema no está funcionando”, dijo a los reporteros.
Las autoridades austriacas temen que si se suspenden las fronteras internas, Bulgaria y Rumanía se conviertan en vías de acceso para solicitantes de asilo. Parlamentarios conservadores del partido Demócratas de Suecia se han opuesto a la entrada de los tres países por motivos similares.
El primer ministro de Rumanía, Nicolae Ciuca, dijo el miércoles que su gobierno ha tenido “reuniones al más alto nivel” con Austria para tratar de abordar las preocupaciones y señaló que los datos indican que “Rumanía no tiene flujos de migración preocupantes".
“La inmigración sin autorización legal es políticamente muy delicada en muchos Estados miembro… pero bloquear el acceso de Rumania a Schengen no traerá las respuestas que Austria desea”, dijo en una conferencia de prensa, añadiendo que “el estado actual de incertidumbre no puede continuar”.
Su homólogo de los Países Bajos, Mark Rutte, también provocó indignación esta semana cuando alegó que los guardias fronterizos búlgaros podrían aceptar sobornos en efectivo. El Parlamento de los Países Bajos también tiene que pronunciarse, de modo que Bulgaria podría unirse más tarde que los otros dos candidatos.
El presidente de Bulgaria, Rumen Radev, replicó en Facebook que tres guardias fronterizos búlgaros han sido asesinados en los últimos meses cuando protegían las fronteras exteriores del bloque.
“En lugar de solidaridad europea, Bulgaria recibe cinismo”, afirmó.
En un esfuerzo por responder a las preocupaciones de sus socios, Bulgaria y Rumanía invitaron a misiones investigadoras de la UE en dos ocasiones en los últimos meses para mostrar las mejoras.
Hungría también parecía dispuesta a rechazar su entrada, como ha hecho en varios asuntos comunitarios que requerían votaciones unánimes en los últimos meses, principalmente por las objeciones de su gobierno conservador a que se le retengan fondos europeos de recuperación de pandemia por reparos sobre corrupción.
Las normas de Schengen permiten la libre circulación de más de 400 millones de ciudadanos y empresas europeos, pero las naciones pueden establecer controles temporales de revisión por cuestiones de amenazas internas a la seguridad nacional, y varios lo hacen de forma rutinaria.
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McGrath informó desde Sighisoara, Rumanía.