MIAMI (AP) — Una temporada de huracanes del Atlántico que tuvo 14 tormentas con nombre llegó a su fin de manera oficial el miércoles, aunque los residentes de Florida y Puerto Rico seguirán lidiando con los daños provocados por los huracanes Ian, Nicole y Fiona.
El periodo 2022 tuvo una primera mitad inusualmente tranquila, pero la situación dio un giro drástico con tres destructivos huracanes en la segunda mitad, finalizando con una cifra promedio de tormentas con nombre. La temporada va del 1 de junio al 30 de noviembre.
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Este año tuvo ocho huracanes cuyos vientos alcanzaron al menos los 119 km/h (74 mph), y dos de ellos se convirtieron en meteoros de categoría 3 o mayor con vientos de por lo menos 179 km/h (111 mph), según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
Una temporada de huracanes promedio tiene 14 tormentas con nombre y siete huracanes, tres de ellos de categoría 3 o mayor, aseguran los meteorólogos.
Durante la temporada, llamó la atención la poca actividad que hubo en agosto, la cual empató un récord. Este año fue el primero desde 1941 en que el Océano Atlántico estuvo sin una tormenta con nombre desde el 3 de julio hasta el fin de agosto, según el investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado, Phil Klotzbach. Desde 1950, sólo en 1997 y 1961 no se registraron tormentas con nombre durante agosto.
El huracán Ian tocó tierra como una tormenta de categoría 4 en el suroeste de Florida a finales de septiembre, causando casi 150 decesos y dejando una estela de destrucción a medida que avanzaba hacia el noreste a través del estado. Después de regresar al Atlántico, el meteoro giró hacia el norte e impactó Carolina del Sur como un huracán de categoría 1. Con vientos máximos sostenidos de 241 km/h (150 mph), el huracán Ian empató en la quinta posición como el huracán de mayor intensidad en tocar tierra en Estados Unidos en la historia, indicaron las autoridades.
El vórtice del huracán Nicole golpeó la costa central de Florida como una tormenta de categoría 1 a principios de noviembre, pero el mayor daño aparentemente ocurrió más de 160 kilómetros (100 millas) al norte, en los alrededores de Daytona Beach, donde la erosión de playa que inició con el huracán Ian empeoró, dando como resultado que algunas residencias se derrumbaran y fueran arrastradas al océano.
Fiona fue el primer huracán de categoría 3 o mayor de la temporada, y eventualmente alcanzó la categoría 4 con vientos de hasta 215 km/h (130 mph). El ojo de la tormenta no alcanzó territorio continental de Estados Unidos, pero sí impactó Puerto Rico como una tormenta de categoría 1 a mediados de septiembre, dejando a toda la isla sin luz y provocando al menos 25 fallecimientos.