La NASA cancelará el plan de lanzar un satélite que vigilaría exhaustivamente la emisión de gases de efecto invernadero en el continente americano debido a que el programa resultaría demasiado costoso y complicado.
La NASA anunció el martes que su misión GeoCarb, que se supone sería un satélite de bajo costo para vigilar las emisiones de dióxido de carbono y metano, así como los cambios en la vida vegetal en Norte y Sudamérica, sería cancelado porque los costos rebasaban el presupuesto inicial.
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Cuando se anunció hace seis años, el satélite tenía un costo estimado de 166 millones de dólares, pero las cifras más recientes de la NASA muestran que rebasaría los 600 millones y arrastra una demora de bastantes años, según la directora de Ciencias de la Tierra de la NASA, Karen St. Germain.
A diferencia de otros satélites que vigilan los gases de efecto invernadero desde una órbita terrestre baja y conjuntan una gran panorámica con distintas partes del planeta, GeoCarb iba a ser colocado a mayor altura, a 35.786 kilómetros (22.236 millas), en una órbita geoestacionaria, desde la que observaría a América del Norte y América del Sur. Esa perspectiva distinta y mayor resultó demasiado difícil y costosa de concretar con el presupuesto y calendario previstos, dijo St. Germain.
Tan sólo el equipo se duplicó en precio, y luego hubo problemas no técnicos que lo habrían incrementado aún más, agregó. La agencia ya ha gastado 170 millones de dólares en el programa y no canalizará más recursos.
“Esto no refleja merma alguna en nuestro compromiso con la ciencia, las observaciones relacionadas con los gases de efecto invernadero y el cambio climático”, afirmó St. Germain el martes en una entrevista. "Aún estamos comprometidos con hacer esa ciencia. Pero vamos a tener que hacerla de otra manera”.
Vigilar los gases de efecto invernadero, que constituyen la principal causa del calentamiento global, es muy importante en muchos niveles. Puede ayudar a detectar fugas, por ejemplo de metano, o para que rindan cuentas empresas y países que se han comprometido a reducir las emisiones. Además de los gobiernos, muchas compañías privadas vigilan con satélites los gases de efecto invernadero.
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La NASA obtiene actualmente datos sobre el metano mediante un instrumento especial a bordo de la Estación Espacial Internacional que tenía el propósito inicial de observar el polvo mineral pero que como un extra está sirviendo para observar las concentraciones de gases de efecto invernadero, además de que hay satélites que monitorean el metano que son operados por las agencias espaciales europea y japonesa, así como por algunas firmas privadas y otras sin fines de lucro, agregó.
La NASA también tiene satélites especializados para observar al dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.
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Seth Borenstein está en Twitter como @borenbears
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La cobertura climática y ambiental de The Associated Press recibe apoyo de diversas fundaciones privadas. La AP es la única responsable del contenido.