SHARM EL SHEIJ, Egipto (AP) — En las negociadores climáticas, los hombres suelen ser mayoría y tener puestos de más categoría que las mujeres, salvo cuando se trata de asunto más espinoso de las conversaciones de este año: las indemnizaciones por catástrofes climáticas.
La cuestión de que los países más contaminantes paguen a los países vulnerables se ha delegado en mujeres, que pusieron el tema sobre la mesa hace más de 30 años. El éxito o fracaso de la cumbre climática de Naciones Unidas en Egipto dependerá al final del asunto de los daños y pérdidas, según expertos y funcionarios. Es un tema que entrelaza la desigualdad y la economía, equilibrando las necesidades de los perjudicados y de los que pagarían.
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Casi todos los participantes clave son mujeres, y tanto ellas como otras personas dicen que una mejor representación de género daría mejores resultados.
“Creo que lo que necesitamos en este momento crucial es empatía (...) Debemos pensar en nuestro mundo, en el sentido de cuidar de nuestro el mundo”, dijo la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas. “Quizá culturalmente, históricamente se ven como valores femeninos”.
Rojas, científica climática, y la enviada especial de Alemania, Jennifer Morgan, lograron un acuerdo de última hora que puso el tema de las pérdidas y daños en la agenda por primera vez en 27 cumbres climáticas.
Ahora que está en el orden del día, las personas más destacadas que intentan conseguir avances significativos son mujeres. Y eso ofrece esperanza, señaló una destacada funcionaria de Naciones Unidas.
“En ocasiones, al menos en las negociaciones, las mujeres pueden encontrar un camino hacia delante donde quizá la alta testosterona no se presta a ello”, dijo la directora de Programa Medioambiental de Naciones Unidas, Inger Andersen, en una entrevista con The Associated Press.
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Milagros De Camps, viceministra de Cambio Climático y Sostenibilidad de República Dominicana, dijo que las mujeres simplemente consiguen mejores resultados.
“Son resultados mejores porque las mujeres tienden a ser mejores en resolución de conflictos”, dijo De Camps. “Tienden a ser mejores en términos de cerrar acuerdos, mejores en desarrollar políticas estrictas que tienden a ser más sostenibles”.
En total, los hombres siguen dominando las conversaciones climáticas tanto en número como en jerarquía. El presidente de la cumbre, el responsable climático de Naciones Unidas, el secretario general de Naciones Unidas y los principales enviados climáticos de Estados Unidos, China e India son hombres, al igual que la inmensa mayoría de jefes de gobierno que intervinieron en la cita la primera semana.
Christiana Figueres, que fue una impulsora clave del Acuerdo de París de 2015 como responsable climática de la ONU, dijo que si bien toda generalización tiene excepciones, las mujeres tienden a pensar más a largo plazo, de forma más inclusiva y a estar más preocupadas por la justicia que los hombres.
“Tenemos un sentido más profundo de justicia humana y esta es en gran parte una cuestión de justicia”, dijo Figueres en una entrevista por Zoom el miércoles. “De modo que no me sorprende que sean las mujeres las que toman la iniciativa tanto en las negociaciones políticas como en el liderazgo ideológico sobre pérdidas y daños”.
“Las mujeres están en la vanguardia de la crisis climática”, dijo Morgan, la enviada especial de Alemania, que tiene experiencia en las negociaciones como activista medioambiental y exdirectora de Greenpeace. “Nosotras entendemos que tenemos que trabajar con otras personas para encontrar una solución. Especialmente los más vulnerables”.
Para las mujeres “no se trata de egos, se trata de encontrar la solución”, dijo Preety Bhandari, asesora de finanzas climáticas en el World Resources Institute.
No es sólo en los despachos. Los rostros públicos que reclaman indemnizaciones climáticas a menudo son de mujeres.
La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, que promociona su Iniciativa Bridgetown, que ahonda en la idea de reforma de los bancos multinacionales de desarrollo, y la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, “han sido valientes” al presionar para que se introduzca algún sistema de compensación, dijo Bhandari.
Hay muchas mujeres entre los jóvenes activistas que presionan a los negociadores para que vayan más allá con sus críticas por la falta de acciones, como Vanessa Nakate y Greta Thunberg.
“(Las legislaturas) del mundo que tienen más mujeres tienen medidas climáticas más firmes”, dijo Katharine Hayhoe, científica jefe de The Nature Conservancy. “Se ha estudiado”.
Pero no es suficiente.
Según un reporte de Naciones Unidas, las mujeres suponían el 37% de las delegaciones de país y el 26% de los jefes de delegaciones en la cumbre del año pasado en Glasgow. Pero entre las personas de menos de 26, el 64% eran mujeres. En el grupo entre 26 y 35, casi la mitad eran mujeres.
La ministra de Medio Ambiente de Maldivas, Aminauth Shauna, dijo que se había dado cuenta de que cuando se reunieron los jefes de gobierno para tomarse fotos al inicio de la cumbre, casi todos eran hombres. Pero cuando se trataba de la gente que hacía el trabajo, había más mujeres y jóvenes, como la mayoría de su delegación.
“Espero que esta vez, todas las mujeres que estamos aquí podamos marcar una diferencia”, dijo Shauna.
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Wanjohi Kabukuru contribuyó a este despacho.
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Seth Borenstein está en Twitter como @borenbears
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