Julia Keleher, la exsecretaria de Educación de Puerto Rico convicta por corrupción por las autoridades federales en la isla, asegura que su labor frente a la agencia gubernamental estaba dando resultado y defendió sus controvertibles decisiones, incluyendo el cierre de cientos de escuelas.
En una entrevista con The Philadelphia Inquirer desde el hogar de sus padres donde cumple arresto domiciliario, Keleher justificó las acciones que tomó en Puerto Rico, y mencionó de cómo “algunos estudiantes no tenían maestro de matemáticas ni libros de texto. Los edificios estaban en ruinas: moho, termitas, agua saliendo por el techo”. Afirmó que hizo lo que pensó que tenía que hacer.
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El reportaje hace un recuento de la resistencia que enfrentó Keleher por parte de maestros y toda la comunidad escolar.
Tras ser acusada, Keleher alegó inicialmente era inocente. Dos años más tarde, después de que el gobierno retiró algunos de los cargos iniciales, se declaró culpable de una serie de cargos más reducidos: dos delitos graves relacionados con conspiración para cometer fraude.
No obstante, aunque admite los hechos por los que se declaró culpable, asegura que no es una persona corrupta.
Ahora, casi un año después de su sentencia, Keleher respalda los cambios que impulsó. “Estaba funcionando”, dice, “y creo que es por eso que todos se enojaron”.
La ex funcionaria dice que hay al menos una decisión de la que se arrepiente. Expresó que debió haber involucrado a “la comunidad afectada” en Puerto Rico durante su mandato.
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“Es algo a lo que se da cuenta después de asistir a una capacitación de la ACLU de Delaware que empodera a las personas anteriormente encarceladas para que cuenten sus historias. Sostiene que debió haber ido a estas comunidades con sus soluciones basadas en la investigación y haberles preguntado: ‘Díganme cómo esto tiene más sentido para ustedes porque lo están viviendo’”, escribe la periodista Juliana Feliciano Reyes, quien entrevistó a Keleher.
A la exsecretaria, quien fue nombrada por el exgobernador Ricardo Rosselló -primer mandatario de Puerto Rico en renunciar al cargo- solo se le permiten salidas de 45 minutos por las calles del vecindario en el que vive con sus padres en Filadelfia.
De otro lado, Keleher denunció supuestos malos tratos que reciben las reclusas en la institución en la que estuvo confinada.
Aseguró que Alderson, la prisión federal de mínima seguridad en Virginia Occidental donde Martha Stewart cumplió condena, era un lugar que causaba desesperación.
“Nadie habla de esperanza en la vida de las mujeres”, dice y añade “No está bien. “Ese es un ser humano que tiene que salir al mundo”. Según la reportera, Keleher se mostró llorosa durante la entrevista.
Anunció además que tiene listo el borrador de un libro. Se trata de un libro de memorias llamado “Eye of the Storm” (Ojo de la tormenta), que relata sus experiencias con “los desafíos de la educación pública en Puerto Rico y el sistema de justicia penal de Estados Unidos”.
Puede ver la entrevista original aquí.