Los líderes de las principales economías del mundo siguen divididos acerca de la invasión rusa de Ucrania, pero la mayoría parecían dispuestos a lanzar un mensaje contundente de condena a una guerra que, tras casi nueve meses, arrasó a Ucrania y disparó el precio de los alimentos y la energía.
El borrador de la declaración de los mandatarios del Grupo de los 20 países más industrializados hace eco de la condena de las Naciones Unidas al conflicto, al tiempo que reconoce opiniones discordantes entre sus miembros.
PUBLICIDAD
Te puede interesar: The Elders: Sólo diplomacia pondrá fin a guerra en Ucrania
La nota destaca también la existencia de distintos puntos de vista sobre la situación y las sanciones a Moscú e indica que el G20 no es un foro para resolver cuestiones de seguridad.
La cuidada redacción del documento refleja las tensiones que marcadas por la cumbre, en la que participaron líderes de Rusia y China, además de los de muchos otros países que tratan de evitar el antagonismo entre las grandes potencias.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se unió al esfuerzo de su homologo estadounidense, Joe Biden, para tratar de convencer al G20 de que aísle aún más a Rusia diplomática y económicamente, a pesar del deterioro de las perspectivas económicas globales que ha puesto a prueba la determinación de muchas naciones.
La inflación y la ralentización económica repercuten en los países que impusieron sanciones a Rusia tras la invasión de su país vecino. El encarecimiento de la energía y los alimentos desestabilizaron la actividad empresarial en todo el mundo, mientras gran parte de Europa se alista para afrontar un invierno sin las importaciones de gas natural de Rusia.
Un alto funcionario del gobierno estadounidense, que habló acerca de la cumbre bajo condición de anonimato, indicó que el comunicado final dejará claro que “la mayoría” de las naciones condenan la invasión rusa de Ucrania y el costo que ha tenido en el suministro mundial de alimentos y energía.
PUBLICIDAD
El presidente de Consejo Europeo, Charles Michel, instó a otras potencias mundiales a aumentar la presión sobre el Kremlin. Pero no estuvo claro cuántos países aceptarán el lenguaje relativamente “duro” de las conclusiones finales.
Estados Unidos y sus aliados respondieron al operativo militar ruso con controles a las exportaciones y otras sanciones, lo que complicó el acceso del ejército ruso a tecnologías clave y el reabastecimiento de drones, artillería y otras armas.
Las autoridades chinas se han abstenido en gran medida de criticar en público la guerra, aunque Beijing evita respaldar de forma directa a los rusos, con iniciativas como el envío de armas, por ejemplo.
Durante su reunión con el presidente de China, Xi Jinping, Biden dijo que hablaron del conflicto y reafirmaron su creencia compartida de que el uso e incluso la amenaza de las armas nucleares era “totalmente inaceptable”, una referencia a las amenazas apenas veladas de Moscú de recurrir a su arsenal atómico a medida que su ofensiva se tambalea.
El presidente de China comentó a los líderes del G20 que, por principio, la economía global no debe convertirse en un arma.
“Debemos oponernos de forma firme al intento de politizar las cuestiones alimentarias y energéticas o de usarlas como herramientas y armas. Las sanciones unilaterales deben eliminarse y las restricciones a la cooperación científica y tecnológica pertinente debe levantarse”, afirmó el líder chino en declaraciones traducidas.