ABU DABI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos defendieron el lunes la decisión de la OPEP y sus aliados de reducir la producción de petróleo, mientras un enviado estadounidense advertía sobre la “incertidumbre económica” que enfrenta el mundo.
Aunque cordiales, los comentarios en la Conferencia Internacional de Petróleo de Abu Dabi mostraban las grandes diferencias entre Estados Unidos y países del Golfo Pérsico a los que presta apoyo militar en la región de Oriente Medio. Varios políticos estadounidenses ya han amenazado con cambios en los acuerdos de armas con Arabia Saudí, al que acusaron de tomar partido por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en su guerra con Ucrania.
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El ministro saudí de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salman, hizo alusión a ese debate en unas breves declaraciones en la conferencia.
“No nos debemos a nadie más que a nosotros”, dijo el ministro ante aplausos, y señaló que las próximas cumbres climáticas de Naciones Unidas se celebrarán en Egipto y emiratos Árabes Unidos. “Fue (una decisión) nuestra, por nosotros, por nuestro futuro, y debemos comprometernos con eso”.
El ministro emiratí de Energía, Suhail al-Mazrouei, se unió a esa defensa. Señaló que la OPEP y sus aliados están “apenas a una llamada de teléfono si existe la necesidad” de aumentar la producción, aunque no dio indicios de que hubiera planes de tomar esa decisión próximamente.
“Puedo asegurarles que nosotros en Emiratos Árabes Unidos, así como nuestros colegas en la OPEP+, estamos deseando suministrar al mundo lo que necesita”, dijo Al-Mazrouei. “Pero al mismo tiempo, no somos los únicos productores del mundo”.
La OPEP y una confederación poco integrada de otros países liderada por Rusia acordaron a principios de octubre reducir su producción en 2 millones de barriles de crudo al día a partir de noviembre.
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La organización, liderada por Arabia Saudí, ha insistido en que su decisión se debe a preocupaciones por la economía global. Analistas en Estados Unidos y Europa alertan de una recesión en ciernes en Occidente debido a la inflación y a las consiguientes subidas en las tasas de interés, así como a los problemas de suministro de alimentos y energía provocados por la guerra de Rusia en Ucrania.
Políticos estadounidenses, por su parte, han reaccionado con indignación a la decisión de recortar la producción, que probablemente mantendrá altos los precios de la gasolina.
“Creo que la final, enfrentamos una incertidumbre económica en todo el planeta”, dijo en la conferencia Amos Hochstein, enviado estadounidense para asuntos de energía. “Los precios de la energía deben fijarse de una forma que permita crecimiento económico. Y si no se hace (...) subirán demasiado y acelerarán la crisis económica, que en definitiva es lo que será terrible para la demanda de energía en sí”.
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Jon Gambrell está en Twitter en www.twitter.com/jongambrellAP.