LOÍZA - A poco más de una semana del paso del huracán Fiona por la Isla, la alcaldesa del municipio de Loíza, Julia Nazario, aseguró que ya comienzan a levantarse, sin embargo, hay residentes que aún esperan ayuda por los daños del huracán María.
“Ya FEMA está aquí para ir por las residencias ayudando a las personas a identificar los daños y que puedan recibir esas ayudas…Lo más que nos preocupa ahora es que las personas que tuvieron daños a sus residencias puedan recibir esas ayudas, que completemos rápido el proceso de recogido de escombros que ya comenzó, y que tengamos un centro de recuperación de desastres de FEMA que ya identificamos el lugar”, aseguró la alcaldesa.
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El pueblo de Loíza, donde hubo 37 personas refugiadas, aún se encuentra rodeado de agua estancada debido a que por las fuertes lluvias abrieron las compuertas de la represa Carraizo inundando a la comunidad.
El resultado fue una acumulación de hasta cuatro pies de agua y decenas de peces muertos en las carreteras y hogares, lo que representa un grave problema de salud pública.
“Esto se atendió muy rápidamente. El secretario de Salud vino con nosotros el viernes, visitó la comunidad donde estaba la cantidad de peces y se trajo al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) que junto al municipio recogimos sobre 500 libras de peces. Se hizo también una fosa común, que la hizo la Guardia Nacional, y ahí se tiraron todos esos peces siguiendo las instrucciones del DRNA”, mencionó la Nazario.
La alcaldesa explicó que una de las comunidades más afectadas fue Villa Santos, donde vive, hace 45 años, la líder comunitaria Aracelis Pizarro quien ha estado repartiendo comida y artículos de primera necesidad por la comunidad en su bicicleta.
“En mi experiencia, no hubo tanto viento, pero no tuvimos luz, se nos fue el agua potable, vino agua sucia, peces muertos, animales. Ahora van a empezar las bacterias y hay que estar vacunado porque subió el agua y los ratones, animales muertos, crean una bacteria que si cogemos los peces que se mueren en las casas, eso nos puede matar”, expresó Aracelis quien para el huracán María estuvo cinco meses sin luz.
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Añadió que los peces muertos llegaron a su hogar, aunque gracias a organizaciones que llegaron a la comunidad, pudieron limpiar y desinfectar las áreas.
A Aracelis le llegó ayuda del municipio, de organizaciones sin fines de lucro y de la comunidad, sin embargo, en el caso de Pascuala Ramos, quien vive en el sector el Richard, aún espera que lleguen a su hogar que quedó destruido hace cinco años con el paso del huracán María.
Tras el paso María, el hijo mayor de Pascuala murió en el hospital y cuando ella regresó a su casa estaba completamente destruida y perdió todo. Aseguró que, aunque no ocurrió nada grave con el paso de Fiona, no ha recibido ayuda ni del municipio ni de organizaciones.
“A Julia por aquí no se le ve la cara, Julia no viene a traerle ayuda a nadie…No tiene que ver que uno sea PNP y otro sea PPD, todos somos humanos y todos nos ayudamos unos a los otros. Aquí también hay gente encamada, gente enferma. Ella aparece con una caja de agua para un retrato. Una cajita de agua no vale la pena, ¿Qué es eso? Tenemos que ayudarnos y tener corazón”, sostuvo Pascuala quien lleva 68 años viviendo en esta comunidad.
La residente del sector el Richard tiene un hijo que padece de distrofia muscular, retardación mental, ataques epilépticos y no camina, pero aseguró que al momento tiene una vecina que le lleva pañales, y los médicos han llegado a revisarlo y a traerle sus medicamentos.
La alcaldesa de Loíza estimó que a finales de esta semana el pueblo debe estar como antes, sin embargo, hay residentes como Pascuala que lo perdieron todo y todavía la ayuda que necesita con urgencia no ha llegado.
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