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Huracán Ian se fortalece rápidamente por aguas cálidas

El huracán Ian está ganando rápidamente una fuerza monstruosa mientras se desplaza sobre el océano parcialmente calentado por el cambio climático, tal como otras 30 tormentas tropicales del Atlántico registradas desde 2017 que se volvieron mucho más potentes en menos de un día.

A medida que el mundo se calienta, es probable que esta turboalimentación de las tormentas sea más frecuente, dicen los científicos.

Después de crecer 67% en intensidad en menos de 22 horas del lunes al martes, Ian se está acercando a Florida como un probable huracán de categoría 4 que amenaza con llevar una tormenta de pesadilla a Tampa Bay y a las regiones del suroeste de Florida.

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La llamada intensificación rápida de Ian se produjo después de que viajara sobre aguas del Caribe que están 1 grado Celsius (1,8 grados Fahrenheit) más calientes de lo normal, en gran parte debido al cambio climático. El investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado Phil Klotzbach dijo que el agua caliente genera “mucho más combustible para la tormenta”.

El cambio climático también tiene otros efectos. La acumulación de gases de efecto invernadero debido a la quema de combustibles fósiles está haciendo que las tormentas sean más lentas y húmedas. Y empeora las mortales marejadas ciclónicas, incrementando las inundaciones y ampliando la proporción de tormentas monstruosas de categoría 4 y 5, como Fiona la semana pasada, según muestran varios estudios.

La actual temporada de huracanes había sido inusualmente tranquila hasta hace una semana debido al aire seco en el Atlántico. Y aunque las tormentas no son necesariamente más frecuentes, se están volviendo más potentes debido al calentamiento global, de acuerdo con los expertos.

“En términos de impactos y cambio climático, sí, esta temporada podría ser un presagio de lo que está por venir”, dijo la científica de huracanes Kristen Corbosiero, de la Universidad de Albany. “Pero es realmente difícil decir que el cambio climático tiene un impacto en cualquier tormenta en términos de su formación o su intensidad individual”.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés) define las tormentas de rápida intensificación como aquellas que ganan al menos 35 mph (56 km/h) de velocidad de viento en menos de 24 horas. Su naturaleza, a menudo impredecible, puede causar grandes problemas a los meteorólogos y a los planificadores de emergencias que tratan de ayudar a los residentes a ponerse a salvo.

En el caso de Ian, las condiciones eran tan evidentes que los meteorólogos lo advirtieron con días de antelación.

Aunque las temporadas de huracanes fluctúan de un año a otro, cuando se analizan en intervalos de 10 años, hay aproximadamente un 25% más de tormentas que se intensifican rápidamente en el Atlántico y el Pacífico Oriental actualmente que hace 40 años, según un análisis de los datos del NHC realizado por The Associated Press. De 2017 a 2021 ha habido 30 tormentas que se intensificaron rápidamente en el Atlántico y 32 en el Pacífico Oriental.

“Esa es una estadística impresionante”, dijo Jim Kossin, quien solía trabajar en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica y ahora lo hace para Servicio Climático, una firma privada de análisis de riesgos. “Lo que solía ser un evento muy, muy raro, obviamente no ha sido raro a últimas fechas”, añadió.

Y un nuevo estudio aún no publicado en una revista revisada por pares muestra que a medida que los huracanes se acercan a la costa —un punto peligroso para las personas— las tormentas se intensifican más rápidamente que nunca, dijo Karthik Balaguru, un científico del clima del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico que realizó el estudio. “Es más probable que se deba al cambio climático”, sentenció.

A medida que el agua se calienta en niveles cada vez más profundos, la intensificación rápida de las tormentas tropicales sólo se acelerará.

“Estamos subiéndole al fuego de una estufa”, comentó Kossin.

Los huracanes más potentes retienen más humedad, lo que los hace más explosivos en forma de lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas, de acuerdo con los expertos.

Por si fuera poco, las investigaciones también muestran que las tormentas ahora tienden a moverse más lentamente, lo que les permite arrojar más lluvia en un solo lugar, como el huracán Harvey de 2017, que devastó partes de Luisiana y Texas.

Aunque se tiene previsto que Ian disminuya su velocidad cerca de la costa de Florida y arroje enormes cantidades de lluvia, no se pronostica que se acerque al nivel de Harvey, que superó los 127 centímetros (50 pulgadas) de precipitación pluvial.

A medida que las tormentas se intensifican más rápidamente y con mayor frecuencia, los meteorólogos y planificadores de emergencias tienen menos tiempo para ayudar a que las comunidades se preparen para el peor escenario.

La jurisdicción de Jefferson, una región de 430.000 habitantes ubicada al oeste de Nueva Orleans, fue azotada el año pasado por el huracán Ida. Los vientos de esa tormenta pasaron de 130 km/h (80 mph) a cerca de 220 km/h (140 mph) en cuestión de 24 horas, dando poco tiempo para evacuar a los residentes.

“El tiempo de preparación para una tormenta es tu aliado incondicional”, comentó Joseph Valiente, director de manejo de emergencias de la jurisdicción de Jefferson.

Evacuar a la gente antes de la llegada de tormentas fuertes ayuda a aliviar la presión sobre los servicios municipales, lo que en última instancia ayuda a una ciudad a recuperarse más rápido, señaló Valiente.

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La periodista Mary Katherine Wildman en Hartford, Connecticut, y Rebecca Santana en Nueva Orleans contribuyeron a este despacho.

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Seth Borenstein está en Twitter como @borenbears

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La cobertura de The Associated Press sobre clima y medio ambiente recibe el apoyo de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido.

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