Los colegios electorales de Cuba abrieron para la votación del referéndum sobre el nuevo Código de las Familias, un paquete legislativo que prevé la aprobación del matrimonio homosexual, la gestación subrogada y la adopción por parte de parejas del mismo sexo y que ha contado con la oposición de la Conferencia Episcopal de la isla.
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El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y su esposa, Lis Cuesta, votaron en el Colegio 3 de la Circunscripción 57, en el municipio de Playa de La Habana, según recogen medios cubanos.
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“Hoy es la cita con el futuro. Llegó el #25DeSept. Un día para cambiar “todo lo que deba ser cambiado” en Derecho de familia en #Cuba. Nos vemos ante las urnas. #CodigoSí”, publicó Díaz-Canel en Twitter.
La aprobación del Código de las Familias se ha tornado como la principal obsesión de los sectores oficialistas que, liderados por el propio Díaz-Canel, lanzaron una intensa campaña en redes sociales para promover el voto a favor del proyecto bajo el lema ‘Código, sí’ e incluso se ha referido a la jornada como “un día de fiesta para Cuba”.
Aunque el referéndum arranca el domingo en la isla, la votación ya ha concluido en el extranjero, donde, según cifras oficiales, más de 22 mil personas --incluidos diplomáticos y aquellos que “por razones oficiales” se encuentran en el exterior-- ya han ejercido su derecho a voto.
La iglesia, principal opositor
Uno de los principales grupos detractores de la renovación del Código de las Familias ha sido la Iglesia cubana, que incluso ha llegado a adherirse a unas declaraciones atribuidas al líder independentista cubano José Martí en las que definía el “amor” como “la adhesión ardorosa e incondicional que un individuo de un sexo siente respecto a un individuo del otro”.
En este sentido, la Iglesia ha defendido que el matrimonio entre hombre y mujer es “natural” y no puede ser “desplazado o deformado” para dejar paso a otras fórmulas legales pues “el plan originario del creador es este”.
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Los obispos cubanos lanzaron a mediados de septiembre un comunicado en el que recogían sus discrepancias con el proyecto legislativo pues consideran que la introducción de la “ideología de género” no es beneficiosa para las familias, al igual que apuntan como negativa la posibilidad de que los menores puedan asumir su identidad de género.
Respecto a la adopción entre parejas del mismo sexo, la Iglesia denuncia que esto contraviene “lo que por naturaleza le corresponde y necesita” un menor: “un padre y una madre”. “Todo hijo es un don y un fin en sí mismo; es un derecho del niño tener un papá y una mamá”. En la misma línea, han cargado también en contra de la gestación subrogada al no considerarla ética.
Pese a esto, los obispos cubanos sí consideran positivo aspectos como el rechazo a la violencia intrafamiliar, la defensa de los derechos y el cuidado de la población más mayor y de aquellos con discapacidad. Asimismo han ensalzado la protección de la infancia y de las mujeres embarazadas.
"Esto, sin embargo, no puede hacer que se pasen por alto los cuestionamientos, críticas, rechazos de un sector importante de la sociedad, los cuales se sustentan en legítimos principios, valores, las ciencias humanas y biológicas, nuestra historia, tradiciones y creencias religiosas de nuestro pueblo", han señalado desde la Iglesia.
Por todo esto, la Conferencia Episcopal cubana ha hecho un llamamiento a “la conciencia y la responsabilidad” de la población cubana, ya sean creyentes o no, para que voten a conciencia no solo de las generaciones actuales, sino también de las futura. “Que María de la Caridad, nuestra madre y patrona, interceda por cada uno de sus hijos cubanos para que tomemos la decisión más acertada”, han concluido.
Otras voces críticas con el Gobierno, como el cantante Yotuel Romero o el dramaturgo Yunior García Aguilera, han cuestionado la votación y han abogado por la abstención, no tanto por su contenido, sino por el hecho de que las autoridades sometan a referéndum cuestiones “de sentido común”, mientras imponen el resto de decisiones en la isla.
De igual modo, el destacado opositor cubano Guillermo Fariñas ha llegado a asegurar que participar en la votación “es aceptar un fraude institucionalizado”, a la par que ha hecho campaña abierta por el ‘no’. “El Código de las Familias es una hipócrita maniobra de manipulación afectiva”, afirmó.