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Intensa agenda de respuesta de la Cruz Roja Americana

La organización ayudó a millones de puertorriqueños en las áreas de energía, agua potable, salud y reunificación familiar.

Cruz Roja - Huracán María
Cruz Roja - Huracán María

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Casi cinco años han pasado desde el paso del huracán María por Puerto Rico. Para la Cruz Roja Americana, Capítulo de Puerto Rico, han sido años de intenso trabajo, por lo que, al mirar en retrospectiva, su ejecutiva regional Lee Vanessa Feliciano puede hablar de resultados concretos.

Tan pronto como el 22 de septiembre de 2017 la Cruz Roja puso en marcha su plan de trabajo a largo plazo enfocado en: la energía, agua potable, resiliencia comunitaria y salud. Participaron sobre 2,046 personas entre voluntarios y personal.

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La iniciativa principal fue la instalación de placas solares con baterías en más de 150 escuelas alrededor de la isla para equiparlas como refugio. Este fue un esfuerzo entre la Cruz Roja y el gobierno de Puerto Rico, y se invirtieron sobre $50 millones en tres años.

“Cuando lo vemos en números y en lo que representa en la economía del país, puedo decir que evitaron 139 mil cortes de electricidad en esas escuelas, sobre 18 mil horas de energía para las escuelas que si se hubiese ido la luz las hubieran perdido, también se evitaron 3,500 toneladas de emisiones de co2, y por otro lado los ahorros de energía equivalen a 77,500 árboles sembrados. No solo es un proyecto que aporta a la resiliencia de los refugios, sino que también aporta al medio ambiente”, aseguró Feliciano.

Además, la organización distribuyó sobre 2,700 generadores de electricidad alrededor de la isla.

Otro de los efectos del huracán fue la falta de agua potable. Muchas comunidades consumieron agua de quebradas, ríos y otros cuerpos de agua lo que provocó que se reportaran casos de leptospirosis poniendo en riesgo la salud pública. Ante esta situación, la Cruz Roja entregó sobre 77 mil filtros de agua en 76 municipios.

El huracán María dañó también la infraestructura de comunicaciones en Puerto Rico, lo que dejó a miles de personas sin la capacidad de comunicarse con sus seres queridos. A través del programa Sano y Salvo, la Cruz Roja realizó una iniciativa de reunificación familiar que consistió en viajar a la última ubicación conocida de más de 2 mil personas para confirmar su bienestar y comunicarlos con sus familias. Además, llevaron equipos tecnológicos con acceso a WIFI gratuito a plazas públicas del país reunificando a más de 14,930 núcleos familiares.

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Para muchas personas el impacto emocional fue hasta más grave que la pérdida material, por lo que la Cruz Roja ofreció 40,800 servicios de salud y salud mental a la población.

“Hay que reconocer que, aunque ellos y ellas (los voluntarios y empleados de la Cruz Roja) estaban también impactados por el huracán, salieron a la calle de todas formas a brindar servicios. Entre ese voluntariado están los que brindan servicios de salud y salud mental que son enfermeras, enfermeros, consejeros profesionales, trabajadores sociales y psicólogos. Ese personal fue el que salió a las comunidades y visitó los refugios para trabajar con la salud mental que en aquel momento tanta necesidad”, aseguró Feliciano.

Medidas en caso de emergencia

Según Feliciano, hay más conciencia ciudadana de la que había antes del paso del huracán María, sin embargo, aún le preocupan las poblaciones más vulnerables como los adultos mayores.

“Si vemos las personas que fallecieron en cada uno de estos desastres (que habían sucedido antes del Huracán María) vemos que casi siempre la cantidad mayor son los adultos mayores, y en Puerto Rico también esta ha sido la experiencia”, aseguró la ejecutiva regional. Recomendó a los adultos mayores a preparar con tiempo un plan en caso de tener que moverse de su hogar, comunicarse con el municipio para coordinar ayudas que necesite y tener sus medicamentos al día.

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