Después de siete décadas, Reino Unido tiene una nueva mujer a la cual llamar reina. La esposa de Carlos, Camila, la duquesa de Cornualles, será conocida como reina consorte, un título que llegó con la bendición de la reina Isabel II tras años de incertidumbre, que se remontan a los días anteriores a su matrimonio con el príncipe Carlos.
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No siempre fue un hecho que Camila, de 75 años, tomaría el título, a pesar de que éste no le otorga ninguno de los poderes del soberano.
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Aunque la esposa de un rey es tradicionalmente coronada como reina, la cuestión de qué título ostentaría Camila cuando Carlos se convirtiera en rey ha sido complicada durante muchos años. Ello se debe a la sensibilidad que suscita su condición de segunda esposa, y a la ola de dolor que se apoderó de Gran Bretaña tras la muerte de su anterior esposa, la princesa Diana, en un accidente automovilístico en 1997.
Carlos y la Casa Real se han movido con cautela en este asunto, conscientes de la persistente percepción pública de Camila como la “tercera persona” que arruinó el matrimonio entre Carlos y la querida princesa.
Pero a lo largo de las décadas, Camila se ha ganado a gran parte del público británico con su discreción, su personalidad realista y su lealtad a su marido.
Cuando Camila y Carlos se casaron en una discreta ceremonia civil en 2005, ella era de hecho la nueva princesa de Gales, el título de Diana, pero se autodenominó duquesa de Cornualles.
Funcionarios de palacio dijeron durante años que Camila “tenía la intención” de ser conocida como “princesa consorte”, en lugar del tradicional “reina consorte”, cuando Carlos accediera al trono.
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No existe ningún precedente del título de princesa consorte, que al parecer fue sugerido por los funcionarios reales. El título similar de príncipe consorte sólo se ha utilizado una vez: para el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, que reinó de 1837 a 1901.
En una entrevista de 2010 con la NBC, se le preguntó a Carlos si Camila se convertiría en “reina de Inglaterra, si y cuando usted se convierta en monarca”. Tras dudar, respondió: “Bueno ... Ya veremos, ¿no? Podría ser”.
La cuestión se resolvió cuando Isabel declaró que quería que Camila fuera conocida como reina consorte después de que su hijo se convirtiera en rey. Fue un respaldo que significó formalmente la aceptación por parte de la familia real a Camila como miembro respetado y fue ampliamente visto como un movimiento de Isabel para allanar una transición suave al reinado de Carlos.
“Cuando llegue el momento y mi hijo Carlos se convierta en rey, sé que le darán a él y a su esposa, Camila, el mismo apoyo que me han dado a mí; y es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camila sea conocida como reina consorte mientras continúa con su propio servicio leal”
— Reina Isabel en febrero de 2022, en el jubileo de platino
Carlos dijo que él y Camila estaban “profundamente conscientes del honor”.
“Al tiempo que hemos tratado de servir y apoyar juntos a su majestad y a la gente de nuestras comunidades, mi querida esposa ha sido mi propio y firme apoyo en todo momento”, señaló.
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La reina consorte más reciente en la historia británica fue la esposa de Jorge VI, la reina Isabel, conocida en años posteriores como la reina madre después de que su hija se convirtiera en monarca en 1952.
Según la costumbre, Camila será ungida en la coronación de Carlos, aunque eso podría omitirse.
Nacida como Camila Rosemary Shand el 17 de julio de 1947, procede de una familia aristocrática con largos y estrechos vínculos con la familia real británica. Su bisabuela, Alice Keppel, fue pareja sentimental del rey Eduardo VII.
Conoció a Carlos en un partido de polo en 1970 cuando tenía 23 años y él era considerado el soltero más codiciado de Gran Bretaña. Los dos se hicieron inmediatamente amigos, y a finales de 1972, Carlos estaba enamorado. Pero el romance se vio interrumpido por sus ocho meses de servicio naval.
En su ausencia, Camila se casó con su novio de años, el oficial del ejército Andrew Parker Bowles, en 1973. La pareja se divorció en 1995, poco después de que Carlos dio una explosiva entrevista televisiva en la que admitió tener un amorío con Camila. Carlos y Diana se divorciaron al siguiente año.
Carlos y Camila esperaron otros nueve años, casándose en 2005 en una ceremonia privada en Guildhall en Windsor.
Desde entonces, Camila ha asumido decenas de funciones reales. Es patrocinadora o presidenta de más de 90 organizaciones benéficas, y ha mostrado especial interés por la protección de los animales, la promoción de la alfabetización y el empoderamiento de la mujer. También ha encontrado su voz como oradora pública, ganándose el respeto al hacer campaña sobre temas difíciles como la violencia sexual contra las mujeres y el abuso doméstico.
En 2021, pronunció lo que muchos llamaron su discurso histórico, instando a “los hombres de nuestra vida” a implicarse en los derechos de las mujeres y expresando su simpatía por las familias de las mujeres que han sido asesinadas.
Ese mismo año, el Palacio de Buckingham destacó el papel de Camila como miembro de la realeza de alto rango al nombrarla Dama Real de la Muy Noble Orden de la Jarretera, la orden de caballería de mayor rango en Gran Bretaña.