Un incendio provocado por el impacto de un rayo en un tanque de almacenamiento de crudo en la ciudad cubana de Matanzas y que luego se expandió, ocasionó casi 80 personas lesionadas, al tiempo que bomberos y personal especializado trataban de contener el fuego que seguía sin control el sábado.
El incidente comenzó el viernes por la noche, cuando hubo una tormenta eléctrica en la zona de la Base de Supertanqueros de Matanzas, informó el Ministerio de Energía y Minas.
PUBLICIDAD
Para el sábado había unas 77 personas lesionadas y 17 bomberos desaparecidos, señalaron las autoridades.
Los residentes de un barrio vecino fueron evacuados y una densa columna de humo negro era arrastrada por el viento hacia La Habana, la capital.
El fuego no pudo ser sofocado pese a la labor de bomberos y especialistas, por lo que continuaba, involucrando además a los contenedores de combustibles colindantes. Las autoridades reportaron por lo menos cuatro explosiones y dos tanques incendiándose e informaron que pedirán ayuda a expertos internacionales.
El vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío informó que Estados Unidos había ofrecido ayuda técnica para contener la imparables llamas.
“Propuesta ya en manos de los especialistas para la debida coordinación”, tuiteó.
PUBLICIDAD
Minutos después, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel agradeció a México, Venezuela, Rusia, Nicaragua, Argentina y Chile, que habían hecho llegar su interés de cooperar para sofocar el incendio, así como a Estados Unidos. Washington y La Habana tienen una tirante relación y el gobierno estadounidense mantiene una política de sanciones a la isla.
Desde casi cada punto de la ciudad de Matanzas se podía ver el humo negro que contrastaba con el celeste del cielo caribeño, constató The Associated Press, mientras camiones hídricos trajinaban, ambulancias corrían con las sirenas sonando y los helicópteros de las Fuerzas Armadas cargaban agua de la bahía y la arrojaban sobre la zona.
La Base de Supertanqueros cuenta con ocho de estos contenedores gigantes de color plateado fabricados con acero y aluminio, fácilmente observables desde la entrada de la ciudad. Roberto de la Torre, jefe de operaciones de Combustibles de Matanzas, manifestó que se trabaja en enfriar los que quedan para evitar que también se incendien.
La página de Facebook del gobierno provincial de Matanzas indicó que el número de lesionados subió a 77, y había 17 desaparecidos. La Presidencia de la República precisó que los 17 son “bomberos que estaban en la zona más cercana intentando evitar la propagación”.
Tres periodistas locales que cubrían la noticia también resultaron heridos durante una de las explosiones de la madrugada, pero se los diagnosticó fuera de peligro. Siete pacientes fueron remitidos al hospital Calixto García de La Habana que cuenta con una destacada sala de quemados.
“Estaba en el gimnasio cuando sentí la primera explosión. Una columna de humo y de fuego terrible se elevó por los cielos”, relató Adiel González, de 32 años, graduado en Lenguas y vecino de Matanzas, a The Associated Press por vía telefónica. “La ciudad tiene un olor fuerte a azufre”.
La ciudad de Matanzas tiene alrededor de 140.000 habitantes. Está ubicada a unos 100 kilómetros (62 millas) al este de La Habana, junto a la bahía del mismo nombre.
González dijo haber escuchado otras explosiones por la madrugada que sonaron “como bombas”.
Las autoridades informaron que se evacuó el barrio más cercano a la zona afectada, el reparto Dubrocq, pero González agregó que algunas personas decidieron desalojar otro, llamado Versalles y un poco más alejado de la Base de Supertanqueros. Había muchas ambulancias, policías y vehículos de bomberos por todos lados en la madrugada, dijo el vecino.
El gobernador Mario Sabines manifestó que los primeros evacuados fueron unas 800 personas de Dubrocq, él área más cercana al siniestro, pero se continuará el proceso con la comunidad de La Ganadera.
El incendio se produjo en momentos en que Cuba tiene grandes dificultades para conseguir petróleo —debe comprar al extranjero la mitad de lo que requiere el mercado de la isla— para enfrentar la demanda de su sistema energético y reducir los apagones que agobian a la población. Se desconoce la cantidad de combustible consumido por las llamas hasta ahora, pero dado que era de factura nacional su destino habría sido alimentar las termoeléctricas.
Según la Agencia Cubana de Noticias, el contenedor impactado se encontraba al 50% de su capacidad y el pararrayos con el cual contaba la base no pudo proteger la potencia de la descarga. Posteriormente, el fuego se propagó a un segundo tanque. Cada uno de estos espacios de almacenamiento tiene una capacidad de 52.000 metros cúbicos.
El presidente Díaz-Canel viajó durante la madrugada a la zona del incendio.
El meteorólogo local Elier Pila difundió imágenes de satélite de la zona que mostraron una columna densa de humo negro moviéndose desde el punto del incendio hacia el oeste y llegando hasta el este La Habana.
“Ese penacho (la forma en que se ve) puede tener una longitud cercana a los 150 kilómetros”, escribió en su cuenta en Twitter.
Un reporte del Instituto de Meteorología indicó que las condiciones climáticas en esta jornada estival son favorables para que el humo siga propagándose hacia el oeste y el oeste-noroeste sobre las provincias de Mayabeque y La Habana, donde ya se reportaban nubes de un color oscuro sucio en repartos como Alamar y 10 de Octubre.
Se recomendó a las personas sensibles o con afectaciones respiratorias no realizar actividades al aire libre y usar mascarillas.