WASHINGTON (AP) — El presidente estadounidense Joe Biden anunció el lunes que el líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahri, murió en un ataque de Estados Unidos en Kabul en el que se utilizó un dron, un operativo que describió como un acto de “justicia”.
También expresó su esperanza de que esto ayude a que las familias de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos cierren un ciclo.
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El presidente dijo en un discurso desde la Casa Blanca que los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos rastrearon a Al Zawahri hasta una casa en el centro de Kabul donde se escondía con su familia. El presidente aprobó el operativo la semana pasada y se llevó a cabo el domingo.
Al Zawahri y Osama bin Laden planearon los atentados del 11Sep, después de los cuales muchos estadounidenses empezaron a escuchar de Al Qaeda. Bin Laden fue asesinado en Pakistán el 2 de mayo de 2011, en un operativo llevado a cabo por un comando SEAL de la Armada de Estados Unidos tras una búsqueda de casi una década.
Al Zawahri “nunca más permitirá que Afganistán se convierta en un refugio seguro para terroristas porque se ha muerto, y vamos a asegurarnos de que no ocurra nada más”, señaló Biden.
El operativo representa una victoria importante en la lucha contra el terrorismo para el gobierno de Biden, 11 meses después de que los soldados estadounidenses salieron del país tras dos décadas de guerra.
El ataque fue lanzado por la CIA, de acuerdo con cinco personas familiarizadas con la cuestión que hablaron bajo condición de anonimato. Ni Biden ni la Casa Blanca detallaron la participación de la CIA en el ataque.
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Sin embargo, Biden rindió homenaje a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos en su discurso, señalando que “gracias a su extraordinaria persistencia y habilidades” el operativo fue un “éxito”.
La muerte de Al Zawahri elimina a la figura que, más que nadie, dio forma a Al Qaeda, primero como adjunto de Bin Laden desde 1998 y luego como su sucesor. Juntos, él y Bin Laden apuntaron las armas del movimiento yihadista hacia Estados Unidos, llevando a cabo el ataque más mortífero jamás perpetrado en suelo estadounidense: los atentados del 11 de septiembre.
La casa en la que se encontraba Al Zawahri cuando fue asesinado era propiedad de un asesor del líder talibán Sirajuddin Haqqani, según un alto funcionario de los servicios de inteligencia. El funcionario añadió que un equipo terrestre de la CIA y un reconocimiento aéreo realizado tras el ataque con dron confirmaron la muerte de Al Zawahri.
Un funcionario de alto rango del gobierno que informó bajo condición de anonimato a los periodistas sobre el operativo dijo que no había personal estadounidense en Kabul.
El martes por la mañana, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo al programa “Good Morning America” de ABC que “no había nadie uniformado en el terreno cuando ocurrió este ataque”. El funcionario agregó que el gobierno de Estados Unidos está “en comunicación directa con los talibanes sobre este tema y no voy a telegrafiar nuestros próximos movimientos, pero los talibanes entienden bien que Estados Unidos va a defender sus intereses”.
Durante los 20 años de guerra en Afganistán, Estados Unidos atacó y dividió a Al Qaeda, obligando a sus líderes a huir a la clandestinidad. Pero la salida de Estados Unidos de Afganistán en septiembre pasado le dio al grupo extremista la oportunidad de reconstruirse.
Mandos militares estadounidenses, incluido el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, han dicho que Al Qaeda trataba de reconstituirse en Afganistán, donde enfrentaba amenazas limitadas de los talibanes que ahora gobiernan. Los líderes militares han advertido que el grupo todavía aspira a atacar Estados Unidos.
Hasta su asesinato, la Casa Blanca subrayó que Al Zawahri seguía siendo una figura peligrosa. Un alto funcionario dijo que Al Zawahri seguía “brindando dirección estratégica” —incluso instando a atacar a Estados Unidos— mientras estaba escondido. También había indicado a los miembros de la red terrorista que Estados Unidos seguía siendo el “principal enemigo”, dijo el funcionario.
Los ataques de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono convirtieron a Bin Laden en el enemigo número uno de Estados Unidos. Pero probablemente nunca podría haberlo llevado a cabo sin su ayudante. Bin Laden proporcionó carisma y dinero a Al Qaeda, pero Al Zawahri aportó las tácticas y las habilidades organizativas necesarias para convertir a los milicianos en una red de células en países de todo el mundo.
Los periodistas de The Associated Press Lolita C. Baldor, Ellen Knickmeyer, Zeke Miller, James LaPorta, Michael Balsamo y Darlene Superville en Washington; Rahim Faiez en Islamabad; y Lee Keath en El Cairo contribuyeron con este reportaje.