La directora de la escuela de Texas donde se produjo la peor masacre escolar en una década fue reincorporada el jueves, tres días después de haber sido suspendida con goce de sueldo a raíz de las críticas de seguridad formuladas por una comisión legislativa.
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Mandy Gutiérrez, a quien los funcionarios del distrito escolar de Uvalde suspendieron como directora de la Escuela Primaria Robb el lunes, fue reintegrada el jueves en una breve carta del superintendente Hal Harrell.
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La reincorporación se produjo después de Gutiérrez envió una misiva a los miembros de la comisión en la que disputó los principales hallazgos de que se había desarrollado una “cultura de la complacencia” en la escuela, que permitió a un hombre armado entrar en la escuela y asesinar a 19 niños y dos profesoras. También dijo que la cerradura de la puerta del aula de cuarto grado donde se produjo la masacre del 24 de mayo funcionaba la noche anterior, cuando un conserje la revisó.
Harrell suspendió a Gutiérrez con goce de sueldo a la espera de una revisión de su rendimiento en relación con la seguridad de la escuela. Sin embargo, en su carta del jueves, Harrell dijo que se le permitiría reincorporarse al trabajo inmediatamente “y continuar sirviendo al distrito en una capacidad administrativa.”
El informe legislativo atribuye la mayor parte de la culpa a las fuerzas del orden locales, estatales y federales, que tardaron más de una hora para entrar al aula para abatir al atacante, mientras los padres de familia que se encontraban fuera de la escuela suplicaban a los agentes que hicieran algo y los operadores atendían las llamadas al número de emergencias 911 desde el interior de la escuela.
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Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran a agentes de policía con chalecos antibalas deambulando por el pasillo mientras el tirador perpetraba la masacre provocaron la ira de los familiares de las víctimas, que exigen que se rindan cuentas.