El líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, aseguró que está dispuesto a usar sus armas nucleares en potenciales conflictos militares con Estados Unidos y Corea del Sur, reportó hoy, jueves, la prensa estatal.
El discurso de Kim ante veteranos en el 69no aniversario del fin de la Guerra de Corea, que se llevó a cabo de 1950 a 1953, fue con el objetivo aparente de impulsar la unidad interna en la empobrecida nación, que atravesó dificultades económicas relacionadas con la pandemia de COVID-19.
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“Nuestras fuerzas armadas están completamente preparadas para responder ante cualquier crisis, y los disuasores de guerra nuclear de nuestro país también están listos para movilizar su poder absoluto con diligencia, exactitud y rapidez, en conformidad con su misión”, dijo Kim en su discurso del miércoles, según la Agencia Central de Noticias de Corea.
Además, acusó a Washington de “satanizar” a Corea del Norte para justificar sus políticas hostiles y no que los ejercicios militares de Estados Unidos y Corea del Sur muestren la “doble moral” y los aspectos “gangsteriles” del gobierno estadounidense ya que califican las actividades rutinarias militares norcoreanas — una aparente referencia a sus pruebas de misiles — como provocaciones o amenazas.
Kim dijo también que el nuevo gobierno del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol está dirigido por “maníacos de la confrontación” y “mafiosos” que han ido más lejos que los anteriores ejecutivos conservadores de la nación. Desde que asumió el poder en mayo, el gobierno de Yoon ha tomado medidas para fortalecer la alianza militar de Seúl con Estados Unidos reforzar y su capacidad para neutralizar las amenazas nucleares de Corea del Norte, incluyendo una capacidad de ataque preventivo.
“Hablar de acción militar contra nuestra nación, que posee armas de poder absoluto que son las que más temen, es ridículo y es una acción suicida muy peligrosa”, declaró Kim. “Un intento tan peligroso será castigado de inmediato por nuestra poderosa fuerza y el gobierno de Yoon Suk Yeol y sus fuerzas armadas serán aniquilados”, agregó el líder de ese país.
Moon Hong-sik, portavoz adjunto del Ministerio de Defensa surcoreano, reiteró la postura previa de Seúl, que ha estado reforzando su capacidad militar y las posturas de defensa conjunta con Washington para hacer frente a la escalada de las amenazas nucleares del Norte. El jefe del Estado Mayor del país dijo que el ejército mantiene una preparación firme.
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En abril, Kim dijo que su país podría emplear armas nucleares únicas de forma preventiva si se ve amenazado y apuntó que “nunca se limitarán a la misión de disuasión bélica”. Las fuerzas de Kim han probado también misiles con capacidad nuclear que podrían alcanzar tanto el territorio continental estadounidense como Corea del Sur. En los últimos meses, los funcionarios de ambas naciones han repetido que Pyongyang está lista para llevar a cabo su primera prueba nuclear en cinco años.
Kim busca un mayor respaldo público mientras la economía norcoreana sufre las consecuencias de los cierres fronterizos derivados de la pandemia del coronavirus, de las sanciones internacionales encabezadas por Washington y de su propia mala gestión.
En mayo, el Norte reconoció su primer brote de COVID-19, aunque la magnitud de los contagios y decesos es muy discutida en un país que sin capacidades médicas modernas para afrontarlo.
“La retórica de Kim infla las amenazas externas para justificar su régimen centrado en el ejército y con problemas económicos”, apuntó Leif-Eric Easley, profesor en la Universidad Ewha en Seúl. “Los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte son una violación del derecho internacional, pero Kim trata de mostrar su desestabilizadora acumulación de armas como un esfuerzo justo de autodefensa”, añadió el educador.
Según algunos expertos, el Corea del Norte podría intensificar sus amenazas contra Estados Unidos y Corea del Sur en un momento en que ambos aliados se alistan para unas amplias maniobras militares estivales, que el gobierno norcoreano considera un ensayo de invasión.