Es una realidad que la violencia en Estados Unidos se encuentra fuera de control. Casi todos los días se dan a conocer incidentes de tiroteos y asesinatos de personas inocentes, que no hacían otra cosa más que estar en el lugar y momento inadecuado.
Son relatos que dejan en “shock” a todas las personas que ven las imágenes o videos.
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Ejemplos recientes hay muchos. Tiroteos en escuelas, iglesias, centros comerciales y hasta en el Día de la Independencia se han vuelto “comunes”.
Sin embargo, cuando parecía que lo habíamos visto todo, ahora las autoridades dieron a conocer un video en el que un niño de sólo cuatro años toma un arma y dispara contra los uniformados, afuera de un McDonald’s.
Cuando los empleados de la empresa de comida rápida informaron que un individuo sacó un arma en la parte del “drive-thru”, luego discutir sobre un supuesto pedido erróneo, los trabajadores optaron por pedirle a Sadaat Johnson que se dirigiera a la parte delantera del comercio, mientras informaban a la policía de que el hombre estaba armado.
El sujeto iba con dos niños en el vehículo, uno de cuatro años y otro de tres.
Cuando los uniformados llegaron al lugar del incidente, le pidieron a Johnson que saliera del automóvil, pero éste se negó.
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En el momento en el que los agentes intentaban detener al hombre, un oficial se percató de que alguien les apuntaba con pistola en la ventana trasera. El padre había hablado de armas con su hijo.
El uniformado grito: “¡Pistola!”, y movió el arma antes de que se disparara. Luego de mirar el interior del auto se dieron cuenta que quien accionó la pistola fue un pequeño.
El niño de cuatro años indicó que disparó porque “quería recuperar a su padre”. También dijo que su progenitor le dijo que el policía no podía abrir la puerta.
“Que un adulto piense que está bien animar a un niño de cuatro años a sacar un arma de fuego y dispararle a la policía ilustra lo fuera de control que se ha vuelto la campaña contra la policía”, indicó la alguacil Rosie Rivera en un comunicado de febrero después del incidente. “Esto debe detenerse y debemos unirnos como comunidad para encontrar soluciones a los desafíos que enfrentamos en nuestros vecindarios. Los oficiales están aquí para proteger y servir y estamos más allá de creer que algo como esto podría suceder”, dijeron las autoridades.
El padre enfrenta tres cargos.
Las autoridades de Utah acusaron a Johnson de abuso infantil, asalto agravado e interferencia con un oficial después del incidente.