BERLÍN (AP) — En un mundo que aún lidiaba con las consecuencias económicas de la pandemia y la guerra en Ucrania, dignatarios de 40 países se reunían el lunes en Berlín para conversaciones directas sobre cómo mantener la atención en la lucha contra el cambio climático y en abordar sus efectos.
Los organizadores han presentado el encuentro de dos días como oportunidad para reconstruir la confianza entre países ricos y pobres de cara a la cumbre climática de este año en Egipto, después de que las conversaciones técnicas del último mes no lograran grandes avances en temas cruciales como la ayuda climática para países en desarrollo.
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“Muchos de los países más pobres y vulnerables del mundo sufren ahora graves efectos del clima”, dijo a The Associated Press la enviada climática alemana Jennifer Morgan. “La cuestión es cómo respaldarles tanto en adaptación a esos impactos como cuando sufren pérdidas y daños reales. También debemos mostrar más solidaridad”.
Los países en desarrollo aún están esperando a que las naciones ricas proporcionen los 100.000 millones de dólares anuales prometidos en ayuda climática, un objetivo que se había marcado para 2020.
Sin embargo, los grandes contaminantes se resisten desde hace mucho a la idea de que deben pagar por la destrucción que sus emisiones de gases de efecto invernadero provocan en todo el mundo.
Las conversaciones a puerta cerrada en Berlín comenzaban con una presentación de expertos sobre “pérdidas y daños” a los ministros, que después se dividirían en grupos más pequeños para conversar y escucharse con la esperanza de ganar confianza antes de la cumbre de la ONU convocada en noviembre en Sham el-Sheikh.
La reunión alemana comenzaba en plena ola de calor extremo, que ha golpeado gran parte del Hemisferio Norte durante las últimas semanas. Los científicos señalan que eso podría convertirse en la nueva normalidad del verano si continúa el calentamiento global.
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“Mientras se celebra esta reunión, partes de Europa se están asando, de hecho están ardiendo, y por desgracia ya es una experiencia muy familiar para muchos millones (de personas) en todo el mundo”, dijo Alok Sharma, el funcionario británico que dirigió la cumbre climática del año pasado en Glasgow. “Mi súplica a todos ustedes es que, por favor, aceleremos nuestro trabajo”, dijo a los delegados en la apertura de la reunión.
“Depende de nosotros, en estos tiempos inciertos, actuar con rapidez para asegurar que las acciones climáticas se mantienen arriba en la agenda internacional, y que la situación actual no se toma como pretexto para retroceder o renegar de compromisos previos, especialmente los relacionados con apoyar a los países en desarrollo”, dijo el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shoukry, que presidirá la cumbre de Sharm el-Sheikh.
China participaba a la cita en Berlín, mientras que Rusia no fue invitada.
La cuestión de las fuentes de energía amenazadas por la guerra de Rusia en Ucrania se cernía sobre las conversaciones.
Activistas medioambientales advierten que los recientes esfuerzos de países como Alemania para buscar nuevas fuentes de combustibles fósiles podría socavar las ya frágiles acciones climáticas de los países. Se esperaba que el canciller de Alemania, Olaf Scholz, abordara el lunes en Berlín la compra de gas natural licuado de Egipto con el presidente del país, Abdul Fatá el Sisi, apenas a unas pocas millas de donde se celebraban las conversaciones climáticas.
“La guerra de agresión rusa nos obliga a tomar decisiones de corto plazo que no nos gustan, como el aumento de consumo de carbón por un periodo de tiempo muy limitado”, dijo Morgan, que antes dirigía Greenpeace International.
“Pero no sólo nos atenemos con firmeza a nuestros objetivos climáticos, aceleramos la transición energética y abandonaremos el consumo de energía fósil aún más rápido”, añadió. La responsable climática señaló a un nuevo plan aprobado para aumentar la generación solar y eólica en Alemania.
Por su parte, el enviado estadounidense para el clima, John Kerry, llegaba a las conversaciones tras los reveses sufridos por el presidente, Joe Biden, en sus esfuerzos por regular la contaminación e impulsar energías renovables como la solar y la eólica.