Imagínate a los seis años levantar hasta 81 kilos. Esa fue la realidad que atravesó, hace más de dos décadas, el infante ucraniano Richard Sandrak quien se ganó el apodo de “El pequeño Hércules”.
Pese a su enorme fama, la cual se debió a agotadores y duros entrenamientos que comenzaron por parte de su padre Pavel. Cuando la familia de Richard se mudó a Estados Unidos, el niño comenzó a desarrollarse como un deportista nato pero, también, dejando de lado los hábitos que toda persona a su edad debería cumplir: jugar e interactuar.
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De a poco esta fama se fue acabando cuando llegó a la edad de 10 años. Frank Giardina, entrenador, terminó por dar un paso al costado mientras que el padre de Richard fue arrestado por violencia doméstica.
En ese momento, el joven fue perdiendo interés por esa pasión que lo cautivo años atrás. Asimismo su vida se tornó más “normal”, aunque el hecho de realizar ejercicio nunca salió de su cotidianidad pero con fines de salud más no de fisicoculturismo.
Actualmente tiene 30 años y trabaja como nutricionista y especialista de cine en Hollywood. Respecto a su apariencia, en recientes imágenes luce con barba y por lejos esos músculos ya no son parte de sí.
No obstante, eso no lo alejado de realizar actividades más apegadas a la relación interpersonales: videojuegos, viajes, estudios.