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Ser padre en la vejez: una cuestión de equipo

Sea como cuidador o como la persona cuidada, el apoyo de los seres más cercanos continúa siendo el principal sostén para los padres adultos mayores

Dennis Santiago reconoce que tenía una idea distinta de la manera que en pasaría sus años como retirado, luego de décadas trabajando para una conocida cadena de farmacias.

“Uno echa de menos un poquito la relación de pareja, y nadie se atreve a hablar de eso. El tú tener una segunda luna de miel o poder darte una escapada con tu pareja y dejar los chamacos a cargo de la casa… Yo creo que es normal que uno eche eso de menos. Yo sigo siendo fiel a mi pareja, independientemente la situación que esté ocurriendo. Me hubiese gustado haber podido viajar más con ella solo, perdernos por ahí, olvidarnos de todo y después de un mes o dos aparecernos por ahí. Era parte de nuestro ‘bucket list’”, dice Dennis.

Hace aproximadamente siete años, no obstante, se hizo evidente que Crucita Morales, la esposa de Dennis, estaba teniendo problemas de memoria, lo cual fue confirmado poco después con un diagnóstico de Alzheimer. Desde entonces, y según ha progresado la condición degenerativa, Dennis, ahora con 63 años, se ha encargado de ser el cuidador a tiempo completo de Crucita, de 69.

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El cuidado de Crucita, sin embargo, no es trabajo de una sola persona.

“Es bien difícil para un cuidador cuidar a una mujer, porque ella ya no me ve a mí realmente como su pareja, me ve como un amigo o papá de la familia. Por lo tanto, no se desviste frente a mí y no la puedo ayudar con las cosas íntimas de bañarse, maquillarla, y mi hija (Angélica) se percató de esa situación y no me dejó conseguir un cuidador, sino que vino y entró y formamos un equipo. Esta enfermedad, sinceramente, se tiene que atacar en equipo. Una sola persona no puede”, compartió el exgerente de distrito de las farmacias Walgreens en Puerto Rico.

Es con ese equipo, que además de Angélica incluye a los otros dos hijos del matrimonio, Dennis Jr. y Heidi, que Dennis festejará este fin de semana del Día de los Padres. En la familia Santiago Morales, tanto la celebración del Día de los Padres como de otras efemérides no se limita a una sola fecha.

“Siempre hemos sido bien fiesteros. Por ejemplo, el Día de las Madres, para nosotros, no es el domingo, es todo el año, pero le tenemos actividades a mi esposa viernes, sábado y domingo. Si cualquiera de mis hijos cumple años, la actividad es de dos o tres días. Ya mis hijos están haciendo planes para empezar (la celebración de) los Padres desde viernes, sábado y domingo […] Por lo regular, mis hijos se encargan de coordinar todo, ya tienen la agenda hecha, cosa de que yo no comprometa ese tiempo para poder compartir”, relata Dennis, al precisar que Crucita, con quien se casó en 1979, siempre ha llevado la voz cantante en las celebraciones familiares.

“Todos los planes tienen que incluir a mi esposa como el centro y nosotros vamos a celebrar alrededor de ella. Cosa de que ella se sienta como que fue la que lo organizó, la que lo preparó. Porque mi esposa era así, le celebraba los cumpleaños, los aniversarios a todo el mundo. Uno tenía que pasarla chévere esos días”, enfatizó.

En el caso de Patricia Estrada, la decisión de convertirse en cuidadora de su padre, William, se tomó luego de que Nelly, la madre de ella y sus tres hermanos, falleciera hace ya casi 21 años.

“Cuando mami murió hace 20 años, para que no se quedara solo, me pidieron si yo podía mudarme y me mudé con él”, explicó Patricia acompañada de William, quien hasta 2007 trabajó en las brigadas de la Autoridad de Energía Eléctrica y en las próximas semanas celebrará sus 82 años.

“Yo tenía diabetes y la presión alta. Me hice unas operaciones en un pie porque tenía un lunar medio sospechoso. Cuando me lo hicieron no podía caminar ni nada, porque me hicieron un roto en el talón”, contó William sobre el procedimiento realizado hace siete años, uno de los momentos en que requirió mayor asistencia de Patricia, quien junto a su gemela Brenda es la menor de los cuatro hijos, por detrás de Ivelisse, la mayor, y William Jr., el segundo.

Al día de hoy, William ha recuperado la capacidad de caminar y, aunque las salidas de su hogar en Carolina suelen limitarse a cumplir con sus citas médicas, disfruta de la compañía de Bimbo, un travieso cachorro ‘bóxer’ que aún no ha cumplido el primer año de edad, así como de ver series televisivas en los canales locales y de escuchar salsa, y particularmente a La Fania, por décadas su orquesta favorita de este género.

William y Patricia reconocieron que, en esta etapa de sus vidas, los roles de padre e hija en gran medida se han invertido. El hombre mencionó que, cuando Patricia sale del hogar a hacer sus diligencias, lo mantiene monitoreado tanto mediante videollamadas.

“Una vez en el baño me caí”, recordó William, tras lo cual se intensificó el “monitoreo” de Patricia.

“Bañándose se desplomó. Fue un desmayo, estuvo par de segundos inconsciente. De esa uno se queda con el susto”, admitió Patricia, al relatar que William, tras recuperar la consciencia, rechazó que llamaran una ambulancia. Posteriormente, el médico recomendó que William dejara de tomar unas de las pastillas que ingería para manejar la presión, tras concluir que había sido una de las causas para el desmayo.

William, ocasionalmente, “se pone difícil”, afirma Patricia al preguntársele qué ha sido lo más retante de asumir la responsabilidad de cuidadora de su padre a tiempo completo.

“No es que es difícil, es que es medio terquito cuando uno le dice las cosas. Uno le dice ‘papi, tómate esto’ y monta cara porque no quiere. ¿Verdad que sí?”, añade Patricia, aunque William no se queda callado.

“Somos difíciles los dos”, aclaró el octogenario, al precisar que a veces objeta cuando le ordenan ingerir líquidos porque entonces “tengo que estar frecuentemente en el baño”.

Patricia se muestra agradecida de que, contrario a otras personas que ejercen de cuidadores de sus padres adultos mayores, no ha tenido que batallar con carencias económicas.

“Ayudas gubernamentales, gracias a Dios, no hemos necesitado”, indicó Patricia, quien completó una carrera de maestra preescolar, aunque nunca llegó a ejercer, y ahora cuenta con el apoyo económico de su esposo, que convive con ella y William.

Dennis, por su parte, alertó que en Puerto Rico existe una seria falta de acceso a servicios como los que recibe su esposa en la Organización en Pro de la Atención a la Persona con Alzheimer (Opapa). El centro, ubicado en Puerto Nuevo, subsiste a través de las tarifas que cobran a sus participantes y de donativos de fundaciones o entes privados, explicó la directora de Opapa, Marisol Pieras.

En Opapa, además de atender a los pacientes de Alzheimer, se exige que sus cuidadores igualmente asistan a las dinámicas de estimulación cognitiva que realizan varias veces a la semana.

“Los servicios como los de Opapa deberían estar disponibles para todo el mundo. Hay personas que tal vez por sus ingresos no pueden. El gobierno debería ayudar con algún tipo de beca para que estos pacientes, si los cualifican, puedan recibir la ayuda. Me gustaría ver un Opapa en cada pueblo o cada distrito. Alguien los tiene que traer, quedarse con ellos trabajando mano a mano, porque no todos los cuidadores pueden. Aquí hay pacientes que la hija trabaja y su mamá llega porque ella hace los arreglos para que alguien la traiga y la lleve”, expresó Dennis.

Aprovechando sus años experiencia en el mundo comercial, Dennis se ha insertado en los esfuerzos para recaudar fondos para Opapa, como la organización de una competencia de bingo que se celebrará el próximo 26 de junio en el Centro Cultural Yolanda Guerrero de Guaynabo, donde esperan recoger suficiente dinero para comprar generador eléctrico para Opapa.

“Una planta que podamos evitar estoque está pasando hoy. Cuando venga la temporada de huracán, no queremos que los pacientes se queden sin recibir servicios”, dijo Dennis en su entrevista con este medio, que precisamente se llevó a cabo en medio de la oscuridad y el calor provocado por uno de los frecuentes apagones que se experimentan en el país.

Aunque desde escenarios muy distintos, la fortaleza y apoyo que Dennis ha encontrado en sus tres vástagos se refleja igualmente en William y Patricia, quienes esperan celebrar la unión familiar este Día de los Padres con la presencia de Ivelisse, William Jr. y Brenda.

“Mis hijos han sido tremendos hijos. Siempre se han ocupado de mí. Me llaman de día, los fines de semana vienen. Vienen con frecuencia”, sostuvo William.

“Agradezco que ha sido un padre presente todo el tiempo. No todo el mundo cuenta con que esté ahí el padre presente”, agregó Patricia.

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