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Toma del Congreso: El papel de Trump bajo la lupa

Donald Trump arenga a sus partidarios en la mañana del 6 de enero del 2021 en Washington. Poco después una turba trumpista tomaría el edificio del Congreso en un esfuerzo por impedir la certificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones. (AP AP (Jacquelyn Martin/AP)

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WASHINGTON (AP) — La comisión de la Cámara de Representantes que investigó los eventos del 6 de enero del 2021 revelará lo que sabe acerca de los esfuerzos de Donald Trump por desconocer los resultados de las elecciones, que derivaron en la sangrienta toma del Congreso. Parte de su objetivo es determinar qué hizo exactamente el presidente ese día. Se sabe mucho acerca de dónde estaba, lo que dijo y cómo reaccionó. Pero sigue habiendo muchos huecos. Aquí lo que se sabe:

“PELEAMOS COMO DEMONIOS”

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El día comenzó, como sucedía a menudo, con llamadas y tuits combativos. El vicepresidente Mike Pence se preparaba para presidir una sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso en la que se contarían los votos electorales y se formalizaría la victoria de Joe Biden en las elecciones. Pero Trump siguió presionando y le exigió a Pence que rechazase los resultados, invocando poderes que Trump no tenía, según había dicho previamente el vicepresidente.

“Los estados quieren corregir sus votos, que, ahora saben, se basaron en irregularidades y fraudes, más un proceso corrupto que nunca recibió la aprobación legislativa”, afirmó Trump falsamente a las 8.17 de la mañana. “Lo único que tiene que hacer Mike Pence es devolverlos a los estados, Y NOSOTROS GANAMOS”, agregó. “Házlo Mike, ¡este es un momento que requiere un gran valor!”.

Trump siguió insistiendo en sus denuncias sin fundamento de un fraude generalizado mientras miles de partidarios se congregaban para participar en un acto de “rescate” del país en las afueras de la Casa Blanca, organizado para presionar a los legisladores republicanos para que rechazasen el voto democrático, un paso que hubiera generado una crisis institucional sin precedentes.

“Los estados quieren cambiar sus votos. Comprobaron que el voto fue un fraude. Las legislaturas jamás lo aprobaron. Permitan que lo hagan. SEAN FUERTES”, arengó Trump.

A esa altura, el acto ya había comenzado.

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“Si Mike Pence hace lo que corresponde, ganamos la elección”, sostuvo Trump falsamente frente a sus partidarios, detrás de un muro protector de vidrio. “Peleamos como demonios. Si no pelean como demonios, ya no van a tener un país”.

Trump le dijo a la multitud que planeaba unírsele en una marcha hacia el Capitolio. “Jamás recuperarán nuestro país si somos débiles”.

Mientras Trump hablaba, Pence difundió un mensaje explicando su postura. “A mi juicio, mi juramento de apoyar y defender la Constitución me impide atribuirme unilateralmente la autoridad para decidir cuáles votos electorales se pueden contar y cuáles no”.

“ESTO ESTÁ MAL. NO SOMOS ASÍ”

Cuando Trump regresó a la Casa Blanca, la situación en el Capitolio se complicaba. A las 1.49 de la tarde, la policía declaró que había disturbios. A las 2.15, Pence y los demás legisladores buscaron refugio mientras la turba ingresaba por la fuerza al edificio.

“Esto está mal. No somos así”, dijo en un tuit el hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr., que había hablado en el acto. Eran las 2.17. “Sean pacíficos y usen los derechos de la Primera Enmienda (que protege la libertad de expresión), pero no empiecen a actuar como el otro bando. Tenemos que salvar el país y esto no ayuda”.

Su padre, sin embargo, asumió una postura muy distinta.

“Mike Pence no tuvo el coraje de hacer lo que se debió hacer para proteger nuestro País y nuestra Constitución, dándole a los estados la posibilidad de certificar una serie de hechos corregida, no (los votos) fraudulentos e inexactos que les pidieron certificar”, tuiteó Trump a las 2.24. “¡USA exige la verdad!”.

Hacia las 2.40, cuando las imágenes de los manifestantes recorriendo los pasillos del Congreso inundaban las pantallas de televisión, Trump publicó un tuit exhortando a los sublevados a que actuasen en forma pacífica.

“CONDENE ESTO YA”

No está claro cuándo sucedió, pero después de regresar del acto, Trump se encerró en la Oficina Ovalada para ver por televisión los actos de violencia que se sucedieron.

“Lo único que sé de ese día es que estaba en el comedor, viendo alegremente la televisión, como acostumbraba --‘Miren toda la gente que pelea por mí’, rebobinando y viendo de nuevo--. Eso es lo que sé”, declaró a CNN la exsecretaria de prensa de Trump Stephanie Grisham, quien también fue jefa de despacho de la primera dama Melania Trump.

Partidarios de Trump trataron de llegar a la Casa Blanca para pedirle que hiciese una presentación pública y lordenase a la turba que se retirase. Incluidos su hijo mayor, varios conductores de programas de Fox News, numerosos legisladores y el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, quien había ayudado a Trump a prepararse para los debates.

Al no poder contactarlo directamente, sus aliados trataron de llamar su atención de cualquier manera posible. Algunos publicaron tuits. Otros hicieron presentaciones televisivas.

A las 3.13, Trump finalmente publicó un tuit pidiendo a sus partidarios que no apelasen a la violencia, aunque sin decirles que se fuesen. “Les pido a todos lo que están en el Capitolio que actúen en forma pacífica. ¡Sin violencia! Recuerden, NOSOTROS somos el partido de la Ley y el Orden. Respetemos la ley y a nuestros grandes hombres y mujeres uniformados. ¡Gracias!”.

“ESTO ES DESCABELLADO”

Las declaraciones al Congreso publicadas hasta ahora presentan una escena caótica en la Casa Blanca, donde el personal trataba desesperadamente de hacer que Trump interviniese. Keith Kellogg, asesor de seguridad nacional de Pence, que había estado en la Oficina Ovalada durante la llamada que Trump al vicepresidente, declaró que el personal quería que Trump actuase de inmediato para contener la violencia y que Trump se había negado a hacerlo.

“¿Alguien ha conseguido hablar con el presidente? Tiene que decirle a la gente que se disperse. Va a haber muertos”, expresó la exdirectora de comunicaciones de la Casa Blanca Alyssa Farah Griffin en un mensaje a Ben Williamson, colaborador del jefe de despacho de la Casa Blanca Mark Meadows.

“Trato de hacerlo desde hace 30 minutos”, respondió Williamson. “Esto es descabellado”.

La comisión comprobó que hay un bache de casi ocho horas en los registros oficiales de llamadas de Trump en la Casa Blanca, desde poco después de las 11 de la mañana hasta las siete de la tarde. Un lapso en el que se sabe que Trump habló con varios legisladores republicanos, incluidos Jim Jordan, Tommy Tuberville y Kevin McCarthy.

El personal de la Casa Blanca le pidió varias veces a la hija de Trump, Ivanka, que hablase con su padre, según la comisión.

La Casa Blanca ya lucía casi desierta por la partida del personal tras la derrota electoral. Se había dicho al personal no esencial que podía trabajar desde sus casas debido a la posibilidad de que hubiese episodios de violencia.

Finalmente, a las 4.17, 187 minutos después del inicio de la insurrección, Trump difundió un video, filmado en el Jardín de las Rosas, en el que dijo que los manifestantes eran gente “muy especial” y les pidió que se dispersasen.

“Sé lo que sufren. Sé que están mal. Tuvimos una elección que nos robaron”, afirmó. “Pero tienen que irse a sus casas ahora. Tiene que reinar la paz”.

“Váyanse a sus casas. Los queremos mucho. Son muy especiales”, manifestó en un tuit. “Sé cómo se sienten. Pero váyanse a sus casas, váyanse a sus casas en paz”.

Se filmaron varias tomas del mensaje. La comisión dijo que en las primeras Trump se habría negado a pedirle a la turba que se retirase.

A las 5.34 se retomó el control del Congreso y Trump empezó a tuitear de nuevo.

“Estas son las cosas y los eventos que pasan cuando se priva de una victoria electoral abrumadora y sagrada, en forma tan brusca y viciosa, a grandes patriotas que han sido tratados mal, injustamente, por tanto tiempo. Váyanse a sus casas con amor y en paz”, tuiteó Trump a las 6.01 de la tarde. “¡Recuerden este día por siempre!”.

Poco después, Twitter anunció que había bloqueado la cuenta del mandatario y exigió que borrase los tuits en los que elogiaba a la turba. Facebook siguió sus pasos.

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