Elon Musk estuvo esta semana en la Met Gala, en su primera aparición pública desde que se anunció su oferta de compra de Twitter por 44 mil millones de dólares. El sudafricano estuvo acompañado por su madre, Maye Musk.
¿Qué conocemos acerca de la vida de esta mujer, que superó el trauma del violento matrimonio con Errol Musk, convirtiéndose en una nutricionista y modelo de talla mundial?
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La historia de Maye Musk
Nacida en Regina, Canadá, el 18 de abril de 1948, Maye Haldeman fue la hija de dos quiroprácticos, Joshua Norman Haldeman y Winnifred Josephine Fletcher. La familia se mudó a Pretoria, Sudáfrica, cuando Maye solo tenía dos años.
Eran unos aventureros natos, cuya labor les permitía realizar viajes asombrosos, como cuando estuvieron buscando la mítica Ciudad perdida de Kalahari, según contó Maye en una nota con el New York Times.
Fue finalista de Miss Sudáfrica 1969, casándose con Errol Musk en 1970. Este personaje, calificado por Elon Musk como “un ser humano malvado”, le hizo la vida imposible a Maye con su violencia.
Acompañada de sus tres hijos, Elon, Kimbal y Tosca, Maye se fue de casa y se divorció, escapando de los maltratos de Errol. En un principio se mantuvo en Sudáfrica, pero terminó mudándose a Canadá.
La mudanza no fue fácil. Maye tenía las cuentas congeladas, por lo que tuvo que activarse trabajando como nutricionista. Con sus tres hijos, alquiló un pequeño apartamento en Toronto, se cortó una mano accidentalmente y puso en riesgo su carrera como modelo de manos.
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Maye tuvo que dar clases de nutrición y modelaje, además de trabajar como asesora nutricionista y estudiar para su segundo máster, siempre relacionado con el campo de la dietética. Así pudo sacar adelante a sus hijos.
Las enseñanzas a sus hijos Elon, Kimbal y Tosca
Hoy, Elon es el hombre más rico del mundo, dueño de Tesla, SpaceX y otras compañías; Tosca es productora de cine y televisión, y Kimbal dirige una cadena de restaurantes.
“Les enseñé a ser independientes, amables, honestos, considerados y educados para trabajar duro y hacer cosas buenas”, escribió Maye sobre la crianza de sus niños, en su autobiografía Una mujer, un plan: una vida llena de riesgos, belleza y éxito . “No los traté como bebés, ni los regañé”.
“Mis hijos se beneficiaron porque me vieron trabajar muy duro simplemente para que tuviesen un techo, comida y ropa de segunda mano”, subrayó.
Hoy, esta atractiva y luchadora mujer, con su blanco cabello y su porte estilizado, aconseja a las mujeres de su edad. Maye considera que su vida “le da esperanza a las mujeres a medida que envejecen, pueden continuar trabajando y ser relevantes, seguras y (sentirse) cómodas consigo mismas”.