KIEV, Ucrania (AP) — El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, acusó a Rusia de intentar humillar a Naciones Unidas con un ataque con misiles sobre Kiev durante la visita de su secretario general, António Guterres. El incidente quebró el tímido intento de la capital ucraniana de regresar a la normalidad ahora que el foco de la guerra se ha desplazado al este del país.
Según Zelenskyy, las fuerzas ucranianas frenaban el intento de avance ruso en el sur y en el este mientras continuaban los esfuerzos para garantizar el paso seguro de los residentes que siguen en Mariúpol, una ciudad reducida en su mayoría a escombros tras dos meses de asedio.
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Rusia bombardeó objetivos en toda Ucrania el jueves, incluyendo un rascacielos residencial y otro inmueble durante el operativo sobre Kiev. El alcalde de la capital, Vitali Klitschko, reportó el viernes el hallazgo de un cadáver entre los escombros del ataque. Diez personas resultaron heridas, de las cuales al menos una perdió una pierna, según los servicios de emergencias.
En una aparente referencia al mismo incidente, el Ministerio de Defensa ruso afirmó el viernes que había destruido “edificios de producción” en la fábrica de defensa Artem de Kiev.
El ataque más audaz de las fuerzas rusas sobre la capital ucraniana desde su retirada hace unas semanas se produjo apenas una hora después de la conferencia de prensa conjunta entre Zelenskyy y Guterres, quien visitó algunos de los escenarios de la destrucción en Kiev y sus alrededores y condenó los ataques a la población civil.
“Esto dice mucho sobre la verdadera actitud de Rusia hacia las instituciones internacionales, sobre los intentos de las autoridades rusas de humillar a la ONU y todo lo que la organización representa», señaló Zelenskyy en su discurso nocturno a la nación. “Por lo tanto, requiere la correspondiente reacción potente”.
Uno de los objetivos de la visita de Guterres era garantizar la evacuación de los civiles que siguen en la arrasada ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur, incluyendo la destrozada planta metalúrgica que es el último reducto de la resistencia ucraniana. Cientos de civiles se han refugiado también en la acería.
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Por el momento no estuvo claro si el plan de Guterres ha dado sus frutos. Los anteriores intentos de evacuación fracasaron.
“No puedo confirmar los detalles exactos de la operación para asegurarnos de que se lleva a cabo con seguridad para nuestra gente y para los civiles atrapados en Mariúpol” afirmó Saviano Abreu, vocero de la agencia humanitaria de la ONU.
Un funcionario de la oficina de Zelenskyy dijo que las negociaciones, mediadas por la ONU, seguían en marcha y no descartó que el desalojo de la planta pudiese producirse el viernes. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios.
En Mariúpol se han vivido algunos de los momentos más dramáticos del conflicto: sitiada desde los primeros días de la invasión, muchos de sus residentes quedaron atrapados y se fueron quedando sin comida, agua, medicamentos y electricidad
Se estima que en la ciudad hay todavía 100.000 personas, y el gobierno local advirtió el jueves que la falta de agua potable y los problemas del sistema de saneamiento podrían provocar brotes de enfermedades letales como el cólera y la disentería. Además, los cadáveres yacen en descomposición bajo los escombros, agregó.
Aunque las fuerzas rusas controlan en gran medida la ciudad, alrededor de 2.000 combatientes ucranianos se han atrincherado en la planta metalúrgica. Junto a ellos hay cerca de 1.000 civiles, y los bomberos dijeron que los últimos ataques sobre el complejo causaron muertos y heridos.
Por su parte, Valentyn Reznichenko, gobernador de la región de Dnipropetrovsk, en el centro de Ucrania, dijo que dos localidades fueron alcanzadas por cohetes Grad rusos el viernes pero no ofreció información sobre posibles víctimas. Además, gobernador de la región rusa de Kursk, Roman Starovoit, señaló que un puesto fronterizo fue alcanzado por mortero desde Ucrania y que se respondió con disparos. El incidente no causó bajas en el lado ruso, agregó.
Las autoridades occidentales dicen que el aparente objetivo del Kremlin es tomar el Donbás rodeando y aplastando a las fuerzas de Ucrania desde el norte, el sur y el este. Pero por el momento las tropas rusas y sus aliados separatistas solo habrían logrado avances mínimos, tomando varias localidades pequeñas en su intento por avanzar en pequeños grupos frente a la firme resistencia ucraniana.
El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña dijo en un reporte el viernes que los limitados avances territoriales rusos han tenido un costo significativo para sus tropas. Las autoridades británicas sostienen que los dos meses de combates se han cobrado la vida de más de 15.000 de sus soldados, una cifra mucho más alta de la reconocida por Moscú.
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Jon Gambrell y Yuras Karmanau en Leópolis, Ucrania; Mstyslav Chernov en Járkiv, Ucrania; y Yesica Fisch, en Sloviansk, Ucrania, contribuyeron a este despacho, como otros periodistas de The Associated Press en todo el mundo.