Finalizando el mes de la concientización del autismo, Sandy Arlene González Figueroa, la madre de un estudiante con autismo de la Universidad Ana G. Méndez (UAGM) en Cayey, acudió a las redes sociales para denunciar una presunta falta de respeto de un profesor hacia su hijo.
Mientras discutían un tema, al parecer para un examen en una clase virtual, el jueves pasado, el profesor pidió un ejemplo a los estudiantes y el hijo de González Figueroa decidió contestarle. El profesor le dijo sobre su contestación que “eso no cumple con el mínimo que yo les estoy pidiendo. Con esa contestación ya usted tiene de 10, cinco puntos, o de 20, 10 puntos. Eso podría ser un ejemplo, pero ¿alguien más me da un ejemplo aún más patético?”.
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El comentario del profesor hizo que el joven, de 21 años, se sintiera molesto, avergonzado y ofendido frente a sus compañeros quienes le escribieron para asegurarse que estuviera bien luego de lo sucedido.
“Yo no hice una queja el mismo día pensando en que quizás me iba a llamar para una disculpa, aunque sea, pero pasó la semana y nada que ver”, aseguró el estudiante de Sistemas de Información y próximo a graduarse en diciembre de 2022.
González Figueroa fue a la institución para denunciar el suceso al día siguiente, pero aún hoy, una semana después, no ha recibido contestación a su reclamo.
“A mí como mamá me molestó sobremanera porque ¿y si mi hijo tiene depresión y hubiera atentado contra su vida por la vergüenza y el mal rato? Algo que ha pasado. ¿Y si mi hijo, por ese incidente, hubiera retrocedido después que yo me he matado luchando por sus servicios y terapias?”, dijo la madre.
La UAGM aseguró, en una reacción escrita, que la consejera académica escuchó “cada uno de los planteamientos de la Sra. González para tomar las acciones afirmativas que provee la institución”.
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“Mientras se presenta el informe oficial de lo ocurrido, para tomar las acciones correctivas que sean pertinentes, el profesor está en la disposición de disculparse con el estudiante. Tanto el profesor, como la institución, no patrocinan ningún tipo de expresión que atente con la integridad de los estudiantes ya sea en un curso o en cualquier tipo de comunicación que surja en nuestra comunidad universitaria”, según declaraciones escritas de la UAGM enviadas a Metro PR.
En Puerto Rico, a pesar de que existe la Ley para el Bienestar, Integración y Desarrollo de las Personas con Autismo (Ley BIDA), las ayudas del estado se terminan una vez la persona con autismo cumple entre los 18 y 21 años, siendo este uno de los mayores reclamos de la Alianza de Autismo de Puerto Rico. González Figueroa sostuvo que esta ha sido su experiencia.
“Ahora mismo él está en Rehabilitación Vocacional, pero a él le gustaría hacer una maestría. Ya me dijo una consejera que, si el plan que él llenó era de bachillerato, hasta bachillerato le iban a dar. Y le dije que, si ese plan no se podía enmendar, porque si quiere seguir estudiando él tiene derecho a esos servicios. Yo pienso que los limitan”, mencionó González Figueroa.
La universidad aclaró que cuentan con la oficina de Calidad de Vida que provee servicios de consejería profesional y psicología, trabajo social, consejería en rehabilitación vocacional para estudiantes con impedimentos y acomodo razonable.
“Respetamos, reconocemos y nos unimos al reclamo de la señora madre, quien hace un llamado de conciencia social, no tan solo por el caso de su hijo sino por el de todos los que de alguna manera padecen de alguna condición y deben atenderse con el cuidado y atención que meritan. Volveremos a estar en contacto con ella este próximo lunes para reunirnos a su conveniencia y poner nuevamente a su disposición y la del estudiante todos los servicios que tenemos para ofrecerle”, indicó el doctor José E. Maldonado, vicepresidente de Asuntos Académicos de la UAGM.