BUENOS AIRES (AP) — En un puesto montado en una plaza de Buenos Aires, varias mujeres exhiben las roscas de Pascua que esperan vender a un valor mucho más económico que el que piden las panaderías de su barrio, donde los precios se dispararon en medio de un contexto inflacionario que empalidece al de otros países.
Las tres mujeres, integrantes del Frente Popular Darío Santillán, participaron el martes en una protesta en la Plaza de Mayo en la que esa y otras organizaciones mostraron los productos que elaboran a menor costo y envían a comedores populares o son vendidos en municipios empobrecidos cercanos a la ciudad.
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Estas agrupaciones, que reciben ayudas del gobierno, reclaman mayores ingresos para sus integrantes por el constante alza del costo de vida, así como los mismos derechos laborales que gozan otros trabajadores.
“Estamos exponiendo lo que elaboramos con las maquinarias que nos dieron en el gobierno; esto lo hacemos para los merenderos y es una forma de mostrar que la plata no alcanza por el aumento constante de los precios”, dijo a The Associated Press María de los Ángeles Gómez, quien integra la sección de panadería del Frente Popular Darío Santillán en el municipio de Tigre, al norte de la capital.
Su compañera Natalia Mendoza apuntó que en pocos días más venderán las roscas de Pascua elaboradas con crema pastelera y chocolate a unos 400 pesos (3,39 dólares), “un precio mucho más asequible” que el de 800 pesos (6,79 dólares) que piden las panaderías de su barrio.
“Nos manejamos con la inflación como podemos; en lugar de comprar pan lo hacemos nosotras, o cocinamos para otros. Porque no alcanza, ese es el día a día de todos”, dijo Gómez.
Cerca, atada a una valla en medio de la plaza, se podía leer una pancarta que decía: “Producimos, pero igual somos cada vez más pobres”.
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En otro lugar de la ciudad, organizaciones sociales y políticas regalaron verduras y pan a los vecinos que se acercaron mientras denunciaban la remarcación de precios por empresas productoras de alimentos, en vísperas de que se difunda el índice del costo de vida de marzo, que según estimaciones oficiales superará el 6% respecto al mes anterior.
Argentina es uno de los países con mayor inflación del mundo. En febrero se registró un alza de precios de 4,7% y una variación interanual de 52,3%. En el año 2021 el alza del costo de vida cerró en 50,9%.
Como en otras naciones, en los últimos tiempos el alza de los precios se ha recalentado en parte por la guerra de Rusia y Ucrania que ha disparado el valor de alimentos y combustibles.
Los organizadores del llamado “Verdulazo y Panazo” denunciaron la “especulación» del sector agrícola argentino y de empresas alimenticias, y exigieron que retrotraigan sus precios mayoristas a los valores de diciembre de 2021.
El ministro de Economía Martín Guzmán admitió el lunes por la noche que la inflación de marzo va a estar por encima del 6% y que los “componentes externo e interno” explican este problema en Argentina. También confió en que ese índice será el más alto del año.
El gobierno del presidente peronista Alberto Fernández ha reforzado en las últimas semanas los programas que establecen un control de los precios de los productos en comercios de barrio y grandes supermercados, pero los consumidores denuncian que muchos de estos negocios no los cumplen.
Guzmán dijo que la inflación no se va a reducir sólo con políticas de precios, sino que se ataca con un programa económico que a su entender ya está vigente. Además acotó que “hace falta un apoyo político claro en lugar de llevar acciones que generan incertidumbre”, en referencia a un sector dentro de la coalición oficialista de tendencia más izquierdista – el cual responde a la vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández (2007-2015)- que se muestra públicamente en desacuerdo con la gestión económica oficial.