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Educación proyecta sobre 240 escuelas especializadas en su borrador del Plan de Infraestructura

Las cifras expuestas en el documento, donde no se alude al cierre de planteles, equivale a casi el 30% de las escuelas totales

Como parte de una política pública basada en ocho “pilares”, la reconstrucción de la infraestructura del sistema público de enseñanza se enmarcará dentro de un modelo de escuelas especializadas y apostará a la tecnología para encaminar el deficiente programa de educación especial.

Si en los próximos años se materializa la visión actual del Departamento de Educación –según plasmada en el borrador de política pública que divulgó esta semana–, el país contará con cientos de escuelas especializadas en diferentes materias, métodos pedagógicos o campos de interés.

Por ejemplo, la agencia con mayor presupuesto en el gobierno de Puerto Rico aspira a contar con un sistema que, de 17, pase a tener, al menos, 78 escuelas bilingües –una en cada municipio–, así como a llevar los planteles que utilizan el método Montessori de 45 a 100. Las escuelas especializadas en alguna disciplina deportiva se duplicarían de siete a, por lo menos, 14.

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Otras transformaciones incluirían la especialización de planteles en las áreas de STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), que pasarían de 15 a 30; sumar al menos cuatro escuelas enfocadas en las bellas artes al grupo de 20 ya existentes; y fortalecer los programas técnicos y vocacionales, particularmente en el ámbito agrícola y aeroespacial.

“Estos pilares, en términos generales, no parecen estar directamente relacionados con aspectos estructurales, sino académicos. Esto es debido a que el Departamento de Educación aspira a tomar en cuenta cómo la infraestructura impacta, moldea e impulsa de manera determinante la productividad, el enfoque y la ejecución de las metas académicas y de desarrollo socioemocional”, lee el borrador del Plan de Renovación y Reconstrucción de Escuelas, publicado en inglés.

De cumplirse los objetivos plasmados por Educación, el sistema público contaría en un futuro con por lo menos 246 escuelas especializadas, cifra que representa casi el 29% de los 860 planteles existentes al presente.

La propuesta transformación se financiará, en su amplia mayoría, con los fondos federales que se han asignado a Puerto Rico en pasados años en el contexto de las emergencias por el huracán María, los terremotos del suroeste y la pandemia del COVID-19.

En total, la agencia calcula que tiene a su disposición unos $3,700 millones en dinero federal, de los cuales casi $2,300 millones corresponden a asignaciones de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias aprobadas a raíz del huracán María.

En última instancia, la expectativa de la agencia es que la transformación de las condiciones de infraestructura derivará en un mayor aprovechamiento académico del estudiantado, así como en mejores tasas de graduación y retención. Según se desprende del documento, la agencia analizó estudios realizados en otros lugares que enfrentaron procesos de desplazamiento escolar como consecuencia de fenómenos naturales, como la ciudad de Nueva Orléans tras el huracán Katrina en 2005.

Los estudios “consistentemente demuestran que los estudiantes que asisten a escuelas en mejores condiciones tienen mejor desempeño que quienes van a escuelas con infraestructura subóptima por varios puntos porcentuales. Las condiciones de las escuelas igualmente influyen en la efectividad de la enseñanza. Los maestros reportan que las mejoras físicas mejoran sustancialmente el ambiente de enseñanza”, se indica en el borrador de política pública.

De acuerdo con la agencia, las áreas de especialización seleccionadas para el borrador fueron el producto del trabajo de grupos focales y de un sondeo electrónico en el que participaron sobre 9,400 “partes interesadas”. Entre los participantes del sondeo, que continúa abierto a través del portal de Educación, se incluyó a 4,157 maestros, 868 estudiantes, 2,866 padres y madres y 755 directores escolares.

Junto a las seis áreas de especialización académica, el plan de infraestructura contiene otros dos pilares: condiciones adecuadas para los estudiantes con necesidades especiales y brindar “resiliencia” a las escuelas, particularmente a aquellas que sirven como refugio en situaciones de emergencia.

En el caso de Puerto Rico, el informe estima que cerca del 30% de los estudiantes del sistema público tiene, al menos, una discapacidad que requiere de acomodo razonable o atención especial.

“El Departamento de Educación encuentra imperativo que las instalaciones físicas provean un ambiente que permita el desarrollo óptimo de las destrezas académicas. A través del plan de infraestructura, la agencia espera invertir en laboratorios sensoriales para todas las escuelas elementales, desarrollar laboratorios de vida independiente en todas las escuelas secundarias y añadir espacios apropiados para terapia y clases regulares alrededor de la isla. Guías de necesidades especiales tendrán que incorporarse al diseño de cada escuela”, dispone el borrador, titulado “El camino hacia nuevas escuelas”.

En el documento, de 59 páginas, no se hace alusión al cierre de planteles, contrario a lo que hacía un borrador previo que fue revelado por el Centro de Periodismo Investigativo en enero, donde se proponía la clausura de 83 escuelas. En aquel entonces, luego de que trascendiera la información, el gobernador Pedro Pierluisi y el secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, rechazaron que su política pública contemplara el cierre de escuelas, afirmando que esa opción únicamente se consideraría cuando un plantel estuviera altamente deteriorado y debiera ser reemplazado por una estructura nueva.

El borrador de política pública, por otro lado, debe ser la base para el Plan Maestro de Reconstrucción que fue encargado a la empresa estadounidense CBRE Heery mediante un contrato de $76 millones por cinco años.

A base de los lineamientos de política pública, la empresa deberá “recoger información detallada de las partes interesadas, incluyendo estudiantes, padres o tutores, maestros y personal, las comunidades aledañas a las escuelas y otras agencias de gobierno para ayudarlos a preparar alcances de trabajo individuales para cada edificio escolar y determinar cuál debe ser restaurado, rediseñado, reemplazado o transformado en su propósito, así como la localización para aquellos de nueva construcción”, enumera la versión preliminar el Plan de Renovación y Reconstrucción de Escuelas.

En declaraciones escritas, el secretario Ramos Parés precisó que la elaboración del documento estuvo en manos de la Oficina de Infraestructura de la agencia, dirigida por el ingeniero Enrique Questell Pereira.

“Nuestro objetivo es proporcionar a nuestros estudiantes una educación de calidad e innovadora para desarrollar al máximo sus capacidades en el contexto de las competencias que se requieren en una sociedad global”, expresó Ramos Parés.

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