Las fuerzas rusas se adentraron el sábado en la ciudad portuaria ucraniana de Mariúpol, que se encuentra asediada y maltrecha. Ahí, los intensos combates causaron el cierre de una importante planta siderúrgica y las autoridades locales pidieron más ayuda de Occidente.
La caída de Mariúpol, que es el escenario de algunos de los peores momentos de sufrimiento de la guerra, supone un gran avance en el campo de batalla por parte de las fuerzas rusas, que se encuentran en gran medida estancadas en los límites de ciudades importantes luego de más de tres semanas del inicio de la mayor invasión territorial en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
PUBLICIDAD
“Están muriendo niños y ancianos. La ciudad está destruida y ha sido borrada de la faz de la Tierra”, lamentó Michail Vershnin, un policía de Mariúpol, desde una calle cubierta con escombros en un video dirigido a los líderes de Occidente que fue autentificado por The Associated Press.
El sábado también empezaron a surgir detalles sobre un ataque con misiles que mató a hasta 40 marines en la ciudad sureña de Mykolaiv un día antes, según un oficial militar ucraniano que habló con el periódico The New York Times.
Las fuerzas rusas ya han aislado a Mariúpol del Mar de Azov, y su caída conectaría a Crimea, anexionada por Rusia en 2014, con los territorios del este controlados por los separatistas respaldados por Moscú.
Ese aislamiento supondría un avance inesperado frente a la férrea resistencia ucraniana, que ha frustrado las esperanzas rusas de una victoria rápida y ha movilizado a Occidente.
Las fuerzas ucranianas y rusas se enfrentaron por la planta siderúrgica de Azovstal en Mariúpol, dijo el sábado Vadym Denysenko, asesor del ministro del Interior de Ucrania.
PUBLICIDAD
“Una de las mayores plantas metalúrgicas de Europa está siendo destruida”, afirmó Denysenko en declaraciones a la televisión.
El consejo de la ciudad de Mariúpol afirmó horas después que los soldados rusos habían reubicado por la fuerza a varios miles de residentes de la ciudad, en su mayoría mujeres y niños, en Rusia. No dijo en qué parte de Rusia, y la AP no pudo confirmar de momento la afirmación.
Oleksiy Arestovych, un asesor del presidente de Ucrania, dijo que las fuerzas más cercanas que podrían ayudar a los defensores de Mariúpol ya luchaban contra “la abrumadora fuerza del enemigo” o al menos a 100 kilómetros (60 millas de distancia).
“Actualmente no hay solución militar para Mariúpol”, dijo el viernes por la noche. “No es sólo mi opinión, es la opinión del ejército”.
El presidente ucraniano Volodomir Zelenskyy permanecía desafiante y apareció en un video la mañana del sábado que fue grabado en las calles de Kiev, la capital de Ucrania.
Zelenskyy señaló que Rusia intenta someter a las ciudades de Ucrania con hambre, pero advirtió que continuar con la invasión tendrá un alto costo para Moscú. También reiteró su llamado al presidente ruso Vladimir Putin para que se reúna con él para evitar más derramamiento de sangre.
“Ha llegado el momento de restaurar la integridad territorial y la justicia en Ucrania. De lo contrario, los costos para Rusia serán tan altos que no podrá volver a ponerse en pie durante varias generaciones”, afirmó Zelenskyy.
Por su parte, Putin elogió al ejército de su país durante un mitin en Moscú, que se llevó a cabo en el octavo aniversario de la anexión de Crimea. El evento incluyó canciones patrióticas como “Hecho en la URSS”, con un verso inicial que decía “Ucrania y Crimea, Bielorrusia y Moldavia, todo es mi país”.
“Hacía tiempo que no estábamos así de unidos”, afirmó Putin entre los vítores de la multitud.
El acto se celebró en un momento en el que Rusia enfrenta mayores bajas que lo previsto en el campo de batalla y un gobierno cada vez más autoritario en su territorio, en donde la policía rusa ha detenido a miles de personas que se manifiestan contra la guerra.
Los cálculos de muertes de rusos varían ampliamente, pero incluso las cifras más conservadoras hablan de pocos miles. Rusia tuvo 64 muertes en cinco días de combate durante la guerra de 2008 con Georgia. Perdió a unas 15.000 personas en Afganistán a lo largo de 10 años y a más de 11.000 durante años de lucha con Chechenia.