Los líderes de la OPEP y sus aliados productores de petróleo se apegaron a su plan de aumentar gradualmente la producción de petróleo, mientras la invasión rusa de Ucrania dispara el precio del crudo, sacude los mercados, remodela las alianzas y mata a civiles.
La llamada coalición OPEP+ —integrada por países miembros del cártel petrolero encabezados por Arabia Saudí y los no miembros liderados por Rusia— eligió mantener sus planes de aumentar la producción en 400.000 barriles diarios para abril.
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Desde julio, la coalición ha incrementado mensualmente la producción de petróleo para compensar gradualmente los grandes recortes en la primera fase de la pandemia de coronavirus, cuando la demanda cayó en picada. La gente ha vuelto a conducir sus autos y a viajar en avión conforme se mitigan las restricciones por el COVID-19 en muchas partes del mundo, pero la cantidad de petróleo en el mercado no se ha mantenido al nivel de la demanda.
Tanto el crudo estadounidense como el petróleo de referencia internacional superaron los 110 dólares el barril el miércoles ante los temores provocados por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que es uno de los mayores proveedores mundiales de combustibles.
Es probable que la decisión de la OPEP de apegarse a aumentos modestos de la oferta mientras Rusia libra una guerra prolongue el alza en los precios del petróleo y el gas.
“Rusia es un jugador tan importante, tanto en los mercados de exportación de crudo como de refinación, que si parte de ese petróleo sale del mercado, causa un problema”, explicó Jacques Rousseau, director general de Clearview Energy Partners. “Algo de lo que está sucediendo en el mercado ahora es que la gente está conjeturando que va a haber un grave déficit de suministro”.
Aunque los precios más altos pueden beneficiar al cártel de naciones productoras, los responsables de tomar las decisiones deben buscar un equilibrio delicado, porque esos precios más altos pueden provocar que les salga el tiro por la culata y hacer que las economías consumidoras de petróleo —sus clientes— caigan en recesión.
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Antes de la invasión rusa de Ucrania, la Agencia Internacional de Energía solicitó a la OPEP+ que aumentara la producción más allá de su incremento planeado, debido a la escasez de suministros mundiales de petróleo.
La AIE tomó sus propias medidas para aliviar el aumento de los precios el martes, cuando la organización con sede en París, que cuenta entre sus miembros a Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón y Canadá, acordó liberar 60 millones de barriles de petróleo de reservas estratégicas para enviar el mensaje de que los suministros de crudo no se quedarán cortos debido a la guerra.
Además de las limitaciones en el suministro, algunos compradores de petróleo en los últimos días han evitado el crudo ruso, por temor de que, si se aplican sanciones al petróleo o al gas ruso, el hidrocarburo comprado pudiera quedar inutilizable.
“Las refinerías europeas ya han rechazado cargamentos en el mercado, porque la gente teme que se avecinen sanciones y no quieren verse de repente con cargamentos que no puedan revender”, manifestó Amy Myers Jaffe, profesora de investigación y directora general del Laboratorio de Políticas Climáticas de la Universidad de Tufts, en Massachusetts.