Lima, Perú — Más que un hotel frente al mar, JW Marriott Lima abraza la esencia del Perú y la traduce en experiencias inolvidables para sus huéspedes.
Nuestra visita coincidió con las actividades de la gran final de Masters of the Craft 2025, el evento competitivo de Marriott International; sin embargo, pronto descubrimos que esta propiedad es un destino en sí mismo. Es un espacio donde la hospitalidad se vive con autenticidad, la gastronomía es sorprendentemente exquisita y la ubicación permite conectar fácilmente con los lugares que teníamos en agenda para explorar. Todo formaba parte de una serie de experiencias especialmente diseñadas para la ocasión, y la sede del encuentro no pudo ser mejor.
Descubrimos, además, que el hotel fue concebido para acercar al viajero a la cultura, la historia y los sabores del Perú. Y ese es, precisamente, uno de sus mayores encantos. El mar no es solo una vista desde la habitación: es un elemento que inspira la atmósfera, la estética y la narrativa del hotel. Desde los ventanales que capturan las vistas sobre el Pacífico hasta los matices presentes en su diseño interior, cada espacio reinterpreta la energía costera y celebra la importancia que el océano ha tenido —y continúa teniendo— en la identidad peruana.
La propuesta culinaria, liderada por el chef ejecutivo Rafael Casín, —con más de 20 años de trayectoria y una visión profundamente conectada a su país— se sustenta en una exploración de la vasta despensa peruana: ingredientes provenientes de la Sierra, la Selva y la Costa.
En el restaurante principal La Vista, uno de los platos que mejor refleja esa filosofía es la carrillera cocinada por más de 36 horas, acompañada de tucupí negro —una salsa amazónica— y papas nativas cusqueñas. Es una experiencia que une territorios, tradiciones y modernidad en un solo bocado. Para quienes buscan sabores auténticos del Perú, esta mesa se convierte en una parada obligatoria.
Los platos se elaboran con productos gourmet exclusivos —incluyendo salsas, sazonadores e infusiones propias— y con ingredientes frescos de su huerto orgánico. Para quienes viajan en búsqueda de autenticidad culinaria —y para mí, en mi primera visita al país— este detalle añade un valor incalculable, especialmente al poder degustar varios de los platos bandera incluidos en la carta del restaurante.
El JW Lounge combina coctelería de autor, una cava cuidadosamente seleccionada y una propuesta de bar Nikkei. Su diseño abierto invita a quedarse con calma, gracias a sus tres estaciones: sushi, mixología creativa y barra clásica. Es el lugar perfecto para comenzar la noche o cerrar el día con el elixir emblemático del país —el pisco— mientras se disfruta de vistas privilegiadas hacia Miraflores.
Por otro lado, bajo la dirección de la chef pastelera Valery Schroth, el JW Market introduce un concepto único de pastelería gourmet dentro de un hotel de la región. Cada una de sus creaciones nace desde los aromas, colores y texturas, resultando en piezas delicadas que acompañan a la perfección un café gourmet. Es un detalle que eleva la experiencia del huésped y convierte una pausa dulce en un momento inolvidable.
Por otro lado, su estratégica ubicación frente al Malecón de Miraflores acerca al visitante a disfrutar de los hermosos atardeceres en Larcomar, el centro comercial construido sobre el acantilado del Malecón de la Reserva. Allí podrá encontrar artesanías, galerías de arte, restaurantes y dulces emblemáticos, entre mucho más.
La zona también es ideal para caminar, correr o montar bicicleta. Y su ubicación permite llegar a otros destinos de interés turístico, como el distrito artístico de Barranco, uno de los rincones más vibrantes y creativos de Lima.
Pero más allá de la gastronomía, el diseño y la ubicación, lo que verdaderamente distingue al JW Marriott Lima es su gente. El trato cercano, la calidez en cada interacción, el servicio de alto nivel, la atención al detalle y esa capacidad casi intuitiva de anticipar las necesidades del huésped hacen que la estadía se sienta impecable.
Ya sea un viaje de placer, de negocios o una búsqueda de inmersión cultural y gastronómica en Perú, el JW Marriott Lima es ese lugar donde es posible encontrar lo que todos anhelamos al viajar: sentirnos como en casa.
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