Diciembre es un mes que brilla, pero también un mes que pone a prueba la piel tras largas horas con base, sombras y fijador; comidas llenas de grasas y azúcares; brindis interminables con alcohol; cambios de temperatura, etc. Todo eso se acumula, respira con dificultad y termina pasándo factura.
Para entender cómo puedes rescatarla, Raquel Verdezoto, cosmeatra y gerente de Zenya, explicó la importancia del detox facial en estas fechas y por qué puede convertirse en el ritual estrella para cerrar el año con un rostro sano, luminoso y feliz.
¿Qué es realmente un detox facial?
Aunque suene a tendencia, el detox facial es mucho más que una moda. Según Raquel, es un tratamiento diseñado para purificar la piel desde sus capas más profundas, eliminando toxinas, exceso de grasa, puntos negros e impurezas que se acumulan día tras día.
Estas impurezas provienen del ambiente, el maquillaje, el estrés y, muchas veces, de una rutina inconstante de cuidado facial.
La experta señala que el detox facial libera la piel, la oxigena y la deja lista para absorber los principios activos de los productos que apliquemos después. Es, en resumen, un reinicio cutáneo necesario, especialmente en temporada de fiestas.
¿Y por qué diciembre afecta tanto a la piel?
Diciembre es una mezcla deliciosa… pero peligrosa. A las horas interminables frente al espejo preparando el look perfecto, se suman otros factores que alteran el equilibrio natural de la piel:
- El alcohol, que deshidrata profundamente.
- El tabaco, que reseca y apaga el tono.
- Los dulces y las grasas, que desencadenan brotes de acné.
- El maquillaje diario, que tapa los poros y retiene impurezas.
- El estrés, que aumenta la producción sebácea.
Raquel explica que una de las primeras señales de alarma es sentir la piel acartonada y deshidratada, algo que suele pasar después de consumir alcohol. También es común que el acné se intensifique, especialmente si ya existe una predisposición y si la dieta durante las fiestas se carga de grasas saturadas.
Según la experta, “el acné es la consecuencia más fuerte”, ya que en estas fechas solemos comer de todo sin darnos cuenta del impacto que tiene en el cuerpo y, por ende, en la piel.
¿Es lo mismo un detox facial que una limpieza tradicional?
Aunque popularmente se hacen distinciones, Raquel es clara: toda limpieza facial profunda es un detox facial.
Para ella, no existen “limpiezas normales” que no incluyan extracción de impurezas, eliminación de células muertas y un proceso que permita resultados reales.
Si no se extraen puntos negros, no se retiran células muertas y no se abren los poros correctamente, “es como no hacer nada”, explica.
Por eso, un detox facial incluye:
- Limpieza profunda
- Extracción profesional
- Aparatología que mejora la apertura de los poros
- Renovación celular
- Oxigenación
- Hidratación intensiva
Todo con el objetivo de lograr una piel sana, luminosa y con un brillo natural.
¿Cada cuánto debe hacerse un detox facial?
Aquí la recomendación es firme: una vez al mes. En temporada normal y, sobre todo, en diciembre, cuando las fiestas no dan tregua y los hábitos saludables se vuelven un reto.
Raquel también recomienda complementar con pequeños hábitos caseros como tomar jugo verde una vez a la semana, una manera sencilla de ayudar al cuerpo a eliminar toxinas y equilibrar sus procesos internos.
Si bien el detox profesional es ideal, en casa podemos apoyar el proceso con:
- Limpieza adecuada
- Hidratación constante
- Exfoliación suave cuando corresponda
- Protección solar diaria
- Evitar dormir con maquillaje
Pero la base del éxito es realizar la limpieza profunda con especialistas capacitados.
Beneficios del detox facial: más allá de lo que ves en el espejo
El detox no es solo estética. Según la cosmeatra, este tratamiento aporta una lista generosa de beneficios:
- Reduce inflamaciones y brotes
- Descongestiona la piel
- Mejora el tono y la textura
- Aumenta la luminosidad
- Favorece la regeneración celular
- Permite una mejor absorción de productos
- Evita que la piel se estire o se irrite después de la ducha
En palabras simples, el detox es un rescate completo para pieles castigadas por el ritmo diciembreño.
Jugos verdes, fiestas y realidad: ¿se puede equilibrar?
Raquel reconoce que diciembre es un mes en el que “es imposible decir: sigue este plan”. Entre cenas, pavo, pernil, dulces navideños y roscón de Reyes, la alimentación tiende a salirse de control.
Por eso, su recomendación es realista: disfrutar, pero apoyar al cuerpo con jugos verdes para equilibrar los excesos. Estos jugos aportan nutrientes que ayudan a eliminar toxinas, reducen la aparición de acné y evitan que la piel luzca rígida o fatigada.
El objetivo no es restringirse, sino tener pequeñas prácticas que marquen una diferencia visible.
Así es el paso a paso de un detox facial profesional
Para entender mejor este ritual, Raquel detalla cómo es el procedimiento que aplica en Zenya:
- Limpieza inicial con jabón o gel facial, retirando maquillaje y residuos.
- Aplicación de vapor para abrir los poros y suavizar la piel muerta.
- Microdermoabrasión, que facilita la eliminación de células muertas.
- Aplicación de CO₂ tópico, que oxigena la piel y abre aún más el poro para facilitar la extracción.
- Extracción profesional de impurezas, sin presión excesiva y evitando manchas.
- Alta frecuencia, que elimina bacterias, oxigena, cicatriza y mejora la irrigación sanguínea.
- Colocación de serum, según la necesidad específica de la piel.
- Mascarilla personalizada, diseñada para hidratar, calmar o regenerar.
- Crema final o serum nutritivo, adecuado a la condición y necesidad del rostro.
La experta recalca que no importa la edad, sino lo que la piel necesita. Una persona de 30 años puede tener una piel que requiere cuidados intensivos, mientras que alguien de 45 puede tener una piel más equilibrada. Por eso, el análisis previo es indispensable.
Diciembre: un buen mes para reconciliarse con la piel
Más allá del procedimiento, el detox facial se convierte en un acto de amor propio. Es un momento para pausar, respirar y devolverle al rostro lo que diciembre le quitó.
Es un regalo para la piel y una manera de recibir el nuevo año con un lienzo fresco, suave y luminoso.
Raquel concluye con una invitación simple pero poderosa: “Escucha a tu piel. Ella te habla. Y diciembre es el mejor mes para cuidarla”.