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Ataques a Beyoncé y Michelle Obama exponen cómo las redes siguen juzgando los cuerpos de las mujeres

Las redes volvieron a mostrar lo peor cara tras crueles críticas contra Beyoncé y Michelle Obama.

Michelle Obama / Beyoncé
Michelle Obama / Beyoncé Instagram: @michelleobama / @beyonce (Instagram: @michelleobama / @beyonce)

En un mundo donde las mujeres han conquistado espacios de liderazgo, creatividad y poder, sus cuerpos (paradójicamente) siguen siendo tema de debate público.

Las crueles críticas contra Beyoncé y Michelle Obama evidencian lo peor de la sociedad

En días recientes, dos figuras icónicas volvieron a demostrarlo: Beyoncé y Michelle Obama. Ambas reaparecieron en eventos importantes, ambas brillaron y ambas fueron juzgadas por su físico con una dureza que evidencia un problema profundo y persistente.

Beyoncé asistió al Gran Premio de Fórmula 1 luciendo un look que muchos admiradores aplaudieron por su fuerza, su estilo y su presencia escénica.

Sin embargo, entre los elogios se filtró una ola de críticas feroces. Comentarios como “vulgar”, “muy grande”, “una ballena”, “big mama en el GP”, “está embarazada” o “ha subido de peso” inundaron internet con una rapidez hiriente.

Lo que siguió fue una tormenta de gordofobia que, lamentablemente, ya se ha convertido en un patrón cada vez que una mujer famosa sube o simplemente parece haber subido algunos kilos.

Algunos incluso se atrevieron a “recomendarle” usar Ozempic, promoviendo la peligrosa tendencia de desviar medicamentos destinados a tratar la diabetes para bajar de peso.

Y como si eso no fuera suficiente, se sumaron acusaciones de “retocar demasiado” sus fotos de Instagram, comparando imágenes profesionales cuidadosamente iluminadas con fotos espontáneas tomadas por paparazzi.

Una doble exigencia imposible: ser natural pero perfecta, envejecer sin mostrar señales del tiempo, ser humana, pero no demasiado.

Michelle Obama corrió con la misma suerte que Beyoncé

Michelle Obama, por otro lado, enfrentó críticas desde la dirección opuesta. Tras compartir imágenes de su sesión de fotos con Annie Leibovitz, donde luce fuerte, definida y visiblemente más delgada, muchas personas reaccionaron con preocupación exagerada, especulación o alarmismo injustificado.

A sus 61 años, la ex primera dama es un símbolo global de bienestar, disciplina y equilibrio, pero incluso su cuerpo, fuerte, trabajado y sano se convirtió en blanco de comentarios.

Ella misma ha explicado que su rutina comienza a las 5:30 de la mañana y combina cardio, fuerza, pliometría, natación y constancia absoluta.

Su figura no es un misterio ni un capricho: es el resultado de años de hábitos que conectan ejercicio con salud mental, autocuidado y longevidad. Sin embargo, ni siquiera su historia de disciplina la protege de las miradas escrutadoras.

La poderosa reflexión que las críticas a Michelle Obama y Beyoncé dejaron en la sociedad

Las críticas hacia Beyoncé por “tener demasiado” y hacia Michelle Obama por “tener muy poco” revelan lo absurdo del estándar: para muchas mujeres, nunca será suficiente. Nunca estarán en el punto exacto que los ojos externos dictan.

Y aquí es donde surge la reflexión que necesitamos recordar colectivamente: los cuerpos de las mujeres no son propiedad pública.

No existen para ser evaluados, comparados, corregidos ni diseccionados. Beyoncé y Michelle Obama, desde esferas distintas, muestran algo poderoso: la libertad de habitar su cuerpo desde la autenticidad, desde la salud y desde lo que cada una decide.

Quizá el verdadero problema no esté en sus figuras, sino en la incapacidad de la sociedad para permitir que las mujeres existan sin justificar cada centímetro de su apariencia.

En un mundo que exige perfección, mirar a estas dos mujeres es un recordatorio necesario: nuestros cuerpos merecen respeto, cuidado y espacio para cambiar, crecer o ser simplemente como son.

       

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