Una investigación de la organización ambiental sin fines de lucro Amigxs del M.A.R. encontró que las personas sufren de ansiedad, tristeza, depresión o estrés postraumático a causa de la crisis climática, manifestada en huracanes, temblores o apagones.
De 736 participantes en el proyecto Enraizando ante la Crisis Climática, de las que 684 completaron un cuestionario y 52 fueron entrevistadas, más del 50 % en ambos grupos coincidió en que el cambio climático les agravó el estado mental, mayormente desde el huracán María en 2017.
PUBLICIDAD
Esto contribuyó a la hipervigilancia, que es un estado de alerta excesivo, y la solastalgia, la angustia emocional causada por un cambio ambiental en el entorno, enfatizó Erimar Landrón Irizarry, organizadora comunitaria y de educación en Amigxs del M.A.R., que cumple 30 años de inaugurada.
También afectó a niños y mascotas, quienes desarrollaron miedos asociados con eventos naturales; algunos participantes relataron episodios de crisis emocional severa al experimentar apagones, tormentas o incluso al escuchar noticias sobre huracanes.
“Estamos transitando un estado de vulnerabilidad física y emocional constantemente. No es casualidad que se haya detrimentado tanto la salud mental en este país”, expresó Landrón Irizarry, refiriéndose al estado colonial de Puerto Rico, que fue una de las razones principales que las participantes del estudio —el primero que correlaciona ambos factores— atribuyeron a la falta de infraestructura o respuesta adecuada a embates atmosféricos.
Otras razones que mencionaron las participantes, que en su mayoría fueron mujeres y que no estaban vinculadas a la organización, incluyen los gobiernos bipartitas, los cambios constantes de jefes de agencia y la falta de continuidad en proyectos.
Aunque pueden sentir impotencia ante la realidad, según los hallazgos del análisis ideado por la coordinadora de apoyo ecopsicosocial en la organización, Venecia Butler Pérez, las personas comoquiera resaltaron la resiliencia, atribuíble mayormente al apoyo comunitario o la fe religiosa.
PUBLICIDAD
“Queremos que los hallazgos impulsen políticas públicas”, mencionó Gabriela Vélez Agosto, codirectora de Amigxs del M.A.R., quien añadió que la investigación surgió por comentarios de usuarios en otro proyecto interactivo del grupo, el Mapa de Costas.
En esa plataforma, cualquier persona podía denunciar actividades irregulares en zonas marítimo terrestres; en un solo mes que estuvo disponible, se registraron 231 denuncias en 39 municipios costeros, de 44 en total, relacionadas a construcción, estructuras abandonadas, bloqueos de acceso al mar, remoción vegetal o de terreno, ventas o rótulos de gobierno.
Versión actualizada del Mapa de Costas
La nueva herramienta, denominada Mapa de Costas 2.0 y desarrollada junto al cofundador de Programando Con Conciencia, Andrés Ramos, contará con más categorías —el uso de vehículos de motor en la arena, descargas de aguas usadas y escombros o vertederos clandestinos— para que el usuario pueda ingresar sus observaciones y quedará abierta indefinidamente, anunció Vélez Agosto.
Se añadió además capas de información importantes como las reservas costeras y marinas de Puerto Rico y la Línea de Referencia Oficial de la zona marítimo terrestre creada por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales en el año 2023, lo que permite que el usuario conozca “por dónde podría ser un deslinde” que se denuncie.
Vanessa Uriarte, codirectora de Amigxs del M.A.R., puntualizó que, al ser una organización de base comunitaria, los hallazgos del estudio se compartirán con la red de más de 30 organizaciones con las que colaboran, aunque no descartan compartirlas con entes de gobierno o de primeros respondedores.
“Trabajamos directamente con esfuerzos internos. De parte del gobierno, no existe ningún tipo de intervención ni apoyo ni reconocimiento al trabajo que se está haciendo. Esta fase de recopilación de datos ha sido un proceso de repensarnos a cómo vamos a mirarnos de cara a la crisis actual”, concretó.
Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro Puerto Rico a través del programa Report for America.