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Recomendaciones para personas con diversidad funcional ante eventos atmosféricos

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La preparación ante eventos catastróficos ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad urgente. Cada vez más, las personas enfrentan fenómenos climáticos más extremos —huracanes intensos, lluvias torrenciales, olas de calor y sequías prolongadas— que amenazan la seguridad.

La temporada de huracanes comienza oficialmente el 1 de junio, y con ella, la importancia de repasar y actualizar los planes de emergencia tanto familiares como comunitarios. Cuando en el hogar reside una persona con diversidad funcional —ya sea física, sensorial, cognitiva o relacionada con la salud mental—, la planificación debe ser aún más detallada y adaptada a sus necesidades.

Por tal razón, el Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de Puerto Rico (CPTOPR) compartió una serie de recomendaciones para apoyar a personas con discapacidad en la preparación ante desastres naturales.

Una de las más importantes es contar con un plan de emergencia individualizado que tome en cuenta necesidades particulares de movilidad, comunicación, medicación o comportamiento.

Igualmente, se recomienda mantener una lista actualizada de contactos de emergencia, incluyendo médicos, cuidadores, familiares y vecinos de confianza, así como coordinar alternativas en caso de que el cuidador principal no esté disponible.

El kit de emergencia debe ser personalizado. Además de los suministros básicos, debe incluir medicamentos suficientes para al menos diez días, junto con la lista de dosis y contactos médicos, artículos de uso personal, baterías para sillas de ruedas, audífonos, dispositivos de comunicación, espejuelos o lentes de contacto, equipos respiratorios y sus accesorios, copias de documentos médicos importantes y objetos reconfortantes como mantas, fotos o juguetes”, detalló la entidad.

También, es recomendable preparar un inventario de equipos que requieran electricidad, verificar el funcionamiento de generadores, tener extintores disponibles y saber cómo utilizarlos. Por otro lado, es fundamental identificar con tiempo los refugios accesibles más cercanos y planificar rutas de evacuación.

“Si se requiere transporte especializado, este debe coordinarse con anticipación. La comunicación clara es esencial, sobre todo en el caso de personas con condiciones cognitivas o de salud mental. En estos casos se recomienda usar lenguaje simple y calmado, apoyándose si es necesario en herramientas visuales o tecnología de comunicación alternativa. En los hogares con animales de servicio, se debe preparar una mochila para la mascota con comida, agua, identificación y juguetes”, precisó la entidad.

Además de estas guías generales, hay recomendaciones específicas según el tipo de diversidad funcional. En el caso de personas con trastorno del espectro autista (TEA), es útil preparar una mochila con objetos familiares que ayuden a reducir el estrés ante los cambios de ambiente, disponer de audífonos o tapones para atenuar ruidos fuertes, establecer un plan de emergencia con vecinos, maestros y personal de seguridad, e incluir una identificación con nombre, diagnóstico, contactos y estrategias para calmarse.

Para personas ciegas o con baja visión, se aconseja etiquetar suministros en Braille o con letra grande, mantener una lista de emergencia en formatos accesibles (USB, audio o impresa), incluir un dispositivo de comunicación en Braille o táctil, practicar rutas de desalojo, tener un radio portátil con baterías y asegurar que alguien de confianza pueda transmitirle la información crítica si no puede acceder a medios tradicionales. También, es importante solicitar con anticipación el plan de emergencia del edificio en Braille y revisarlo detenidamente.

Las personas sordas o con pérdida auditiva deben contar con un radio meteorológico con pantalla de texto y luz intermitente, baterías adicionales para audífonos guardadas en bolsas impermeables, papel y lápiz para comunicarse con quienes no dominen el lenguaje de señas, acceso a servicios como TTY (teléfono de texto) o VRS (retransmisión por video), registrarse en los sistemas de alerta accesible de la comunidad y llevar consigo dispositivos electrónicos con aplicaciones de comunicación escrita“, precisó el CPTOPR.

En cuanto a personas con condiciones de salud mental, se recomienda incluir en el plan de emergencia un manejo emocional anticipado, identificando estrategias que ayuden a mantener la calma como ejercicios de respiración, música relajante o técnicas de atención plena (mindfulness).

También, deben tener acceso a medicamentos psiquiátricos suficientes para al menos diez días, con una lista detallada de dosis, copias de recetas, información de seguros médicos y contactos profesionales.

“Es importante limitar la sobreexposición a noticias, ya que el exceso de información puede incrementar el estrés. Se debe usar un lenguaje sencillo, directo y tranquilizador, evitando cambios bruscos en el tono de voz. Incluso durante una emergencia, mantener una rutina básica —como horarios para comer, descansar o tomar medicamentos— puede aportar sensación de control. Por último, se debe contar con una red de apoyo informada sobre el diagnóstico, signos de alerta y estrategias de intervención en caso de crisis, así como incluir en la mochila documentos médicos, detalles del tratamiento, contactos del psiquiatra o terapeuta y una nota con instrucciones básicas para manejar una situación de emergencia", finalizó.

Para orientación adicional, puede comunicarse con el Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de Puerto Rico a través de su página en Facebook: @ColegiodeProfesionalesdeTerapiaOcupacionaldePuertoRico.

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