SEATTLE, WASHINGTON – Nueva evidencia científica apunta a que los niveles elevados de azúcar en pacientes de diabetes están correlacionados con un mayor riesgo de demencia.
Así lo dio a conocer hace unas semanas, la organización AARP como parte del Proyecto de Reducción del Riesgo de Demencia, una colaboración con el Alzheimer’s Disease Data Initiative (AD Data Initiative) y el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington, que estudia los factores de riesgo para las condiciones que implican demencia. La iniciativa comenzó con el estudio de tres factores de riesgo que incluyen la diabetes, pero analizará específicamente 12 factores clave de demencia en Estados Unidos. Recientemente se anunciaron en la ciudad de Seattle los primeros resultados sobre el fumar, la contaminación del aire y la diabetes.
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Sobre la diabetes se concluyó que los niveles elevados de glucosa plasmática en ayunas (FPG), un marcador de diabetes, están relacionados con un mayor riesgo de demencia. Específicamente un aumento de cerca del 25 % en el riesgo incluso en niveles de prediabetes y un aumento del 50 % en el umbral para el diagnóstico de diabetes. A medida que los niveles de glucosa en sangre aumentan, el riesgo de demencia continúa aumentando.
En Puerto Rico, dos de cada diez adultos padecen de diabetes, condición que se sitúa como la tercera causa de muerte en el archipiélago. Mientras que el alzhéimer es la cuarta causa de muerte entre los puertorriqueños. Se estima que más de 100 mil personas en Puerto Rico padecen de esta condición neurodegenerativa.
Sobre la investigación revelada por AARP, también se discutieron otros dos factores de riesgo. En el caso de los fumadores actuales que consumen cinco cigarrillos por día, estos tienen un riesgo de demencia un 16 % mayor que los no fumadores.
Mientras, sobre contaminación del aire se concluyó que la exposición prolongada aumenta significativamente el riesgo de demencia, lo que enfatiza la necesidad de políticas para reducir la contaminación y proteger la salud cerebral.
“Al comprender e influir en los factores de riesgo de demencia, podemos interrumpir la demencia. Podemos utilizar esta información para promover cerebros más sanos y empoderar a las personas para que reduzcan sus propios riesgos, lo que podría retrasar la aparición de la demencia y fomentar un envejecimiento saludable. Esta investigación tiene como objetivo brindarles a los estadounidenses mayores más tiempo de calidad con sus seres queridos”, dijo Sarah Lock, vicepresidenta sénior de políticas de AARP y directora ejecutiva del Consejo Global de Salud Cerebral (GCBH). “A través de este esfuerzo de investigación pionero en su tipo, AARP espera recopilar y compartir información sobre la relación entre los riesgos potenciales y la demencia y cómo podemos reducir esos riesgos para los estadounidenses mayores”, agregó.
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El resto de los factores que se estudiarán son: consumo de alcohol, depresión, diabetes, índice de masa corporal alto, pérdida de audición, hipertensión, bajo nivel educativo, inactividad física, aislamiento social, tabaquismo y lesión cerebral traumática. Precisamente AARP presentó los primeros hallazgos de su estudio en Seattle donde al mismo tiempo se celebraba la Conferencia Científica Anual de la Sociedad de Gerontología en América (GSA), evento en el que científicos de diversas universidades presentaron sus estudios sobre distintos aspectos de salud y políticas públicas que inciden en el envejecimiento a través de todo el ciclo de la vida. Por ejemplo, científicos de la Ontario Tech University presentaron cómo están estudiando precisamente la correlación entre la hipertensión y el Alzheimer, uno de los factores de riesgo que también está bajo análisis en la iniciativa de AARP.
El proyecto colaborativo liderado por AARP busca también conectar los hallazgos con los seis pilares de la salud cerebral del programa AARP Staying Sharp. Estos incluyen la participación social, la estimulación cerebral, el manejo del estrés, la realización de ejercicios de rutina, el sueño reparador y la nutrición.
Los hallazgos del estudio, que incluyen datos comparativos estado por estado, se incorporarán al AD Workbench de la Iniciativa de Datos sobre la Enfermedad de Alzheimer. Los investigadores de todo el mundo pueden acceder a esta plataforma que está basada en la nube para trabajar con datos relacionados a la enfermedad de Alzheimer y la demencia, para su uso en investigación secundaria.
La demencia afecta a más de 55 millones de personas en todo el mundo. La enfermedad impacta profundamente las familias y los cuidadores. De hecho, en la conferencia de prensa de AARP se presentó el documental corto titulado “Taking Care” que sigue las vivencias de los cineastas Seth Rogen y Lauren Miller Rogen mientras navegan por las complejidades y el sufrimiento de la enfermedad de alzhéimer avanzada de la madre de Lauren. La fundación Hillary for Charitry y la Fundación Bright Focus, por voz de su vicepresidenta senior, Nancy Lynn Keach, anunció que coordinarán en el 2025 la difusión del documental a través de distintos estados para crear conciencia sobre la red de apoyo necesaria para los cuidadores y la necesidad de políticas públicas e investigación sobre el alzhéimer.
A pesar de las investigaciones en curso, todavía se desconoce mucho sobre los factores ambientales, de salud, de estilo de vida y otros factores que pueden influir en el riesgo de demencia. Ante esta realidad surgió la investigación anunciada por AARP.
“El objetivo es mejorar la salud y la equidad en materia de salud mediante la identificación de los riesgos que marcan la diferencia en la demencia. En este momento, el panorama de reducción del riesgo de demencia no es muy claro y, por lo tanto, es difícil tomar medidas específicas”, dijo el doctor Christopher J.L. Murray, director de IHME. “De nuestra investigación anterior, sabemos que la demencia es la tercera causa más importante de muerte para personas de 70 años o más en los Estados Unidos; tener un panorama claro del riesgo es esencial para tomar medidas”, agregó.
“Este esfuerzo conjunto con IHME y AARP subraya la importancia de la colaboración como piedra angular para comprender mejor la demencia y encontrar nuevos diagnósticos, tratamientos y curas”, dijo Niranjan Bose, director ejecutivo interino de la Iniciativa de Datos sobre la Enfermedad de Alzheimer.
Más estudios
En la conferencia científica de GSA fue amplia la discusión desde diversidad de acercamientos a las condiciones que conllevan demencia. Como parte del Journalists in Aging Fellowship Program, el doctor Peter A. Lichtenberg, profesor de psicología y gerontología, y exdirector del Instituto de Gerontología de Wayne State University presentó sus hallazgos en un estudio que abordó las finanzas de las personas con demencia.
Lichtenberg, quien también ha sido directivo del GSA, planteó que hay banderas de alerta que se pueden levantar a partir del manejo de las finanzas personales de pacientes en etapas muy tempranas de condiciones que conllevan demencia. Específicamente apuntó a gastos exorbitantes comparados con lo que era el patrón de gastos de estas personas a lo largo de su vida.
El profesor destacó un caso en el que la hija del sujeto estudiado se dio cuenta de que el padre había caído en un patrón de gastos exorbitantes en tarjetas de crédito. También destacó que las personas que comienzan a tener problemas de memoria, que usualmente son subestimados, son más vulnerables a la explotación financiera.
Puerto Rico
Siendo el alzhéimer la cuarta causa de muerte en Puerto Rico, la presencia de estudios sobre la población puertorriqueña fue escasa en la conferencia científica del GSA.
Una de las investigaciones que se presentó en formato de “Poster” fue la del investigador de Brown University, Mathew Campos, bajo la mentoría de la científica puertorriqueña, Maricruz Rivera Hernández, titulada “Tendencias en el gasto en enfermedades crónicas y los resultados de salud entre los beneficiarios de Medicare en Puerto Rico”. Campos evaluó datos de prevalencia de alzhéimer, diabetes y enfermedad crónica del riñón en Puerto Rico entre los años 2015 al 2020. Al mismo tiempo, hizo una comparativa de las asignaciones de Medicare para Puerto Rico versus otros estados de Estados Unidos en esos mismos años.
Los datos muestran que en diabetes y enfermedades crónicas del riñón la prevalencia en Puerto Rico supera la de otros estados. En el caso del alzhéimer, muestra una baja en los años 2019 y 2020. Sin embargo, al mirar los datos de Medicare se observa la inequidad de asignación de fondos para Puerto Rico en comparación con otros estados cuya prevalencia de las enfermedades crónicas es menor. La conclusión establece la necesidad de brindar mayor atención a la disparidad en la atención a pacientes con condiciones crónicas en Puerto Rico.