Un estudio de la Universidad de Michigan encontró que los eventos traumáticos durante la infancia pueden quedar “bajo la piel” y perjudicar en la vida, afectando la función muscular de las personas a medida que envejecen.
¿Qué dice el estudio?
En el estudio se analizó la función del musculo esquelético de los adultos mayores junto a las encuestas de diversos aspectos que experimentaron en la infancia.
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Durante el resultado, se demostró que las personas que vivieron mayores eventos traumáticos en la infancia, entre uno o más, tenían un metabolismo muscular más deficiente en el futuro.
Así se realizó la investigación por la científica Kate Duchowny
La investigación, dirigida por la científica Kate Duchowny del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, se publica en Science Advances.
Duchowny y sus coautores utilizaron muestras de tejido muscular de personas que participaron en el Estudio del Músculo, la Movilidad y el Envejecimiento, o SOMMA.
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Para el estudio se necesitaron 879 participantes mayores de 70 años que donaron muestras de músculo y grasa, así como otras muestras biológicas. Además de los análisis físicos, recibieron una variedad de cuestionarios y evaluaciones físicas y cognitivas, entre otras pruebas.
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Consecuencias que quedan “bajo la piel”
“Lo que estos resultados sugieren es que estas experiencias formativas tempranas de la infancia tienen la capacidad de penetrar bajo la piel e influir en las mitocondrias del músculo esquelético, lo cual es importante porque la función mitocondrial está relacionada con una serie de resultados relacionados con el envejecimiento”, dijo Duchowny.
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“Si la función mitocondrial está comprometida, eso no es un buen augurio para una variedad de resultados de salud, que incluyen todo, desde afecciones crónicas hasta funciones físicas y limitaciones de discapacidad”.