A medida que aumentan la edad y los factores de riesgo como hipertensión, colesterol y diabetes, también incrementa la posibilidad de un infarto al corazón. Analizar su comportamiento ayuda al especialista y a su paciente a prevenir una enfermedad coronaria o frenar su progresión.
La medicina nuclear utiliza tecnología precisa que permite detectar posibles obstrucciones que impiden el flujo adecuado de sangre al corazón. Se trata de un estudio conocido como Prueba de Perfusión del Miocardio (MPI), en el que se induce el corazón a estrés utilizando medicamentos. Esta prueba muestra cómo fluye la sangre al músculo del corazón y cómo se están comportando las arterias coronarias que ayudan a ese flujo sanguíneo, indicó el especialista en medicina nuclear Carlos García.
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La MPI es más recomendada en pacientes con una alta probabilidad de alguna enfermedad coronaria, explicó. Su precisión puede indicar cuál es la probabilidad de un evento cardiaco serio (infarto, angina de pecho, arritmia cardiaca) durante el próximo año, explicó el médico, con oficina en Plaza Las América. Este estudio es más preciso que el “stress test” o prueba de esfuerzo que se realiza más frecuentemente.
Durante el “stress test”, el especialista observa el corazón mientras el paciente realiza ejercicio. Sin embargo, la especificidad de esa prueba, de acuerdo con García, es de 70%. “Significa que no voy a estar detectando todos los pacientes que tengan esa enfermedad coronaria”, señaló. Además, muchos pacientes no resisten o no pueden realizar esa prueba de ejercicio debido a otras condiciones de salud.
El MPI se puede realizar tanto a pacientes que pueden lograr cierto nivel de ejercicio como a aquellos que no. Para eso, se utiliza un radio fármaco inyectable. El efecto del radio fármaco aumenta el flujo sanguíneo hacia el corazón, como si estuviera haciendo ejercicio. “Cuando ejercito ese paciente o hago una prueba de “stress test” farmacológica, voy a ver qué reserva le queda a la coronaria. Voy a ver si la coronaria puede compensar”, dijo García.
Una vez inyectado el medicamento, se realizan imágenes de medicina nuclear con un detector que rota alrededor del paciente. Esto permitirá compara la imagen del corazón bajo estrés y en descanso. “En un paciente normal, esperaría que las dos imágenes sean idénticas. Si el paciente tiene alguna obstrucción significativa en una de las coronarias, se verá que le llega menos material radiactivo. Eso me dice a mí que ese paciente está a riesgo de un infarto”, sostuvo. La imagen también puede identificar tejido muerto a causa de algún infarto anterior.
García aclaró que la radiación que recibe el paciente en el MPI es mínima, similar a la exposición cuando se realiza una placa o CT Scan. “Son cantidades bien pequeñas y seguras que no van a tener ningún efecto en el paciente. Al día siguiente de haberle hecho el estudio elimina la dosis que le suministramos”, comentó.
El galeno recomendó a los pacientes realizarse pruebas anuales de cernimiento con su médico primario y, en caso de detectarse factores de riesgo relacionados con el corazón, se le referirá a un cardiólogo. “Lo que queremos es evitar una enfermedad coronaria o, si la tiene, frenar su progresión para evitar infarto al corazón o arritmia que me provoque un ataque al corazón o, incluso, la muerte”, concluyó.