Desde la década del sesenta de pasado siglo XX, en Europa del Este se utiliza la citisina como una ayuda genérica y sobre todo, de bajo costo como un gran tratamiento para dejar de fumar, una tarea que a veces parece que se trata de una tarea titánica o imposible.
Un nuevo estudio publicado en la revista ‘Addiction’ basado en resultados de ocho ensayos controlados aleatorizados que compararon la citisina con el placebo, con casi 6.000 pacientes, demostró que la citisina multiplica por más de dos las posibilidades de dejar de fumar con éxito en comparación con el placebo.
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El poder de la citisina
Aunque previos estudios han demostrados que con su consumo es seguro y sin indicios de problemas graves, cabe destacar que la citisina no está autorizada ni se comercializa en la mayoría de los países fuera de Europa central y oriental, por lo que no está disponible en la mayor parte del mundo.
Este compuesto de origen vegetal es capaz de curar los síntomas de abstinencia del tabaco. Se sintetizó por primera vez en Bulgaria en 1964 con el nombre de ‘Tabex’ y posteriormente se extendió a otros países de Europa del Este y Asia, donde sigue comercializándose. En 2017, la empresa farmacéutica polaca Aflofarm empezó a venderla como ‘Desmoxan’, un medicamento de venta con receta, y Canadá la aprobó como producto de salud natural de venta libre, ‘Cravv’.
“Podría ser muy útil para reducir el consumo de tabaco en los países de ingresos bajos y medios, donde se necesitan urgentemente fármacos rentables para dejar de fumar. En todo el mundo, el tabaquismo se considera la principal causa de muerte evitable. La citisina tiene el potencial de ser una de las grandes respuestas a ese problema”, explica a Bienestar, Omar Di Santi, del Centro Nacional de Intoxicaciones (CNI) de Argentina.