A través del Observatorio de Dinámica Solar la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), pudo capturar este semana varias imágenes de una erupción solar, un evento que ocurre cuando las líneas de campo magnético se enredan y erupcionan.
“La imagen muestra un subconjunto de luz ultravioleta extrema que resalta el material caliente de las erupciones y que está coloreado en rojo y naranja”, informó la NASA en su portal web.
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La entidad explicó que las erupciones solares son potentes estallidos de energía que pueden afectar las comunicaciones por radio, redes eléctricas y las señales de navegación, además de suponer un riesgo para las naves espaciales y los astronautas.
Por eso, la NASA observa constantemente el Sol y nuestro entorno espacial con una flota de naves espaciales que estudian desde la actividad solar hasta la atmósfera del Sol, pasando por las partículas y los campos magnéticos del espacio que rodea la Tierra.
La fulguración ahora captada está clasificada como de clase X1.6. Las categorías dependen de la energía liberada, hay cinco y la X es la máxima. La organización declaró que el número proporciona más información sobre su fuerza.
Con 4.650 millones de años, el Sol presenta un ciclo de once años (promedio) a lo largo del cual su actividad magnética varía entre un mínimo y un máximo, cuando se registra una mayor cantidad de manchas solares que se aprecian como zonas más oscuras.
Las erupciones o fulguraciones no son lo mismo que las manchas solares, pero existe una relación. Las manchas son el almacén que proporciona las provisiones energéticas para las erupciones. Estas son explosiones en la fotosfera del Sol que se manifiestan con un incremento del brillo, de la energía radioactiva y de la expulsión violenta de partículas cargadas eléctricamente