Una luz en el camino de los pacientes en etapas tempranas de Alzheimer. Así describió la geriatra e investigadora Vanessa Sepúlveda los nuevos medicamentos modificadores de la enfermedad aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés).
El último de estos medicamentos, el anticuerpo monoclonal conocido como lecanemab, se aprobó en enero pasado, luego de que ensayos clínicos probaran que tiene el efecto de disminuir los cambios patológicos del cerebro relacionados con la pérdida de memoria. Sin embargo, ni este medicamento, ni el aducanumab, aprobado en el 2021, están todavía accesibles para distribución en el sistema de salud debido a costo, administración y evaluación de efectos adversos entre otros.
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“No ha penetrado en el sistema de salud de Puerto Rico, pero entendemos que en un futuro cercano lo hará cuando organizaciones como la Academia Americana de Neurología, la Sociedad Americana de Geriatría y el Centro de Servicios de Medicare (CMS) acuerden las guías a seguir… Entonces, los médicos nos vamos a sentir más cómodos (sobre su uso)”, indicó Sepúlveda, también catedrática del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Desde el 2003, solo hay disponibles medicamentos para atender los síntomas relacionados con la enfermedad de Alzheimer.
Se estima que más de seis millones de personas en los Estados Unidos, la mayoría sobre los 65 años, tienen Alzheimer. Al cierre del 2019, el Registro de Alzheimer de Puerto Rico reportó cerca de 21 mil pacientes con la condición y la colocó como la cuarta causa de muerte en el país. La especialista dijo que en Puerto Rico podrían existir más de 80,000 personas afectadas.
Aunque se desconocen sus causas, las investigaciones sobre Alzheimer la han relacionado con la aglomeración en el cerebro de proteínas conocidas como placas amiloides. La acumulación de estas placas altera las funciones cerebrales y produce la pérdida de memoria. El estudio clínico que respaldó la aprobación del lecanemab presentó evidencia de que los adultos en etapa inicial que recibieron el medicamento experimentaron una reducción de las placas de amiloides durante 18 meses consecutivos. Esto quiere decir que ese anticuerpo monoclonal tiene la capacidad de captar o digerir las placas, y disminuir el deterioro de la memoria y funcionalidad del paciente, explicó la geriatra.
Tanto el lecanemab como el aducanumab son infusiones intravenosas. El primero requiere dos dosis al mes, mientras que el aducanumab solo requiere una dosis. Sepúlveda explicó que la indicación de la FDA autoriza el medicamento para pacientes con deterioro cognoscitivo leve o demencia de Alzheimer en etapa temprana. “Hay que seleccionar muy bien al paciente”, dijo. Primero hay hacer un diagnóstico preciso con la utilización de pruebas de biomarcadores, ya que los efectos adversos detectados en los participantes de los ensayos clínicos son significativos, señaló. Estos efectos incluyeron hinchazón del cerebro entre un 10 % y 40 % y microhemorragias en menos del 10%. Señaló que muchos pacientes no mostraron síntomas de los efectos adversos.
Sepúlveda se expresó esperanzada en estos avances científicos y mencionó que para finales de este año se espera la aprobación de otros dos anticuerpos monoclonales.