Primera parte: Boricuas en el país de las maravillas
Mi adorado y queridísimo Metro lector, antes de comenzar le recuerdo que en esta microserie, la alquimia reta a la lógica, y nada tiene sentido. Todo es absurdo, o al revés, sin al derecho ni al contrario. No hay norte ni sur, ni arriba ni abajo. Al centro y pa’ dentro tampoco. Sorry. Así que, si se pierde en la lectura y siente que está dando vueltas en círculos, no se preocupe, ¡no está solo! Empecemos por cualquier sitio.
En el país de las maravillas, incluso las palabras juegan al esconder y a dar rodeos. Pero no por eso se me desanime, porque en este camino que no conduce a ninguna parte, encontrará sorpresas sorprendentes y una buena dosis del absurdo indentatario que nos adorna. Así que relájese, póngase cómodo y disfrute del viaje, ¡quién sabe a dónde nos llevará este travieso Bocadillo ¿Lingüístico-literario?! Aquí voy... Y a Dios que reparta suerte.
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En un rincón insular de encanto tropical, habitaba una joven Boricua de mirada audaz y espíritu inquieto, llamada Alicia. Esta chica vivía en el País de las Maravillas, Puerto Rico. Su terruño maravilloso se hallaba sumido en las sombras de la corrupción y el desencanto. Alicia, dotada de una sensibilidad aguda y un anhelo de justicia, se erigía como la encarnación de los ideales y esperanzas de su pueblo. (Bendito, ¡pobre Alicia!). Pero sigamos...
Mientras deambulaba por los adoquines del Viejo San Juan en un día más soleado de la cuenta, Alicia se tropezó con un Conejo de dudosa reputación, cuya apresurada y ansiosa mirada revelaba su afán por escapar de un destino incierto (era año preeleccionario, ¿me sigue?). Esta peculiar criatura, de oreja inmensas y oído de tísico; de largas patas con las que brinca la cuica de la ley; y de uñas largas para desgarrar la integridad de aquellos que se interponen en su camino de corrupción, encarnaba a los políticos (TODOS) y a las instituciones públicas (TODAS), cuyos pasos apresurados carecían (carecen y carecerán) de dirección y propósito claro. ¿Cierto o cierto?
La pobre e inocente Alcia, movida por su innato y ridículo impulso de descubrir la verdad, se vio inmersa en una persecución tras el Conejo Blanco. El laberinto de la política puertorriqueña se desplegaba ante sus ojos, revelando una realidad distorsionada y opaca, plagada de intereses mezquinos y manipulaciones.
Su periplo la condujo hacia un palacio majestuoso, donde una figura imponente gobernaba con puño de hierro: la Reina de Corazones (o Rey, o Trans, o no binario, no importa, y da igual, porque cambia cada cuatro años). Esta figura era la mismísima encarnación de la corrupción y el abuso de poder, y ejercía una influencia opresiva sobre el pueblo, empañando la integridad de las instituciones públicas (y aquí las incluyo a TODAS, ¿me oyó? A TODAS). En fin...
Alicia, estúpidamente intrépida y decidida, decidió desafiar a la Reina de Corazones y a su régimen nefasto de turno. Consciente de la importancia de un cambio real y la necesidad de transformar la política y las instituciones, se unió a otros personajes del país de las maravillas, quienes compartían su anhelo de transparencia y justicia.
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Juntos, Alicia y sus compañeros emprendieron una cruzada contra la corrupción. Su lucha se extendió por toda la isla, de punta a punta, ganando apoyo y despertando el espíritu de resistencia en los corazones de los puertorriqueños. Con valentía y determinación, desafiaron las artimañas de la Reina de Corazones y expusieron sus oscuros secretos ante la luz del día.
Pero justo cuando parecía que la victoria estaba al alcance de sus manos, un giro inesperado sacudió el país de las maravillas de Puerto Rico. Un complot profundo y siniestro, tejido desde las sombras, amenazaba con desbaratar los esfuerzos de Alicia y su movimiento.
Las alianzas se pusieron a prueba y los personajes que antes parecían aliados se revelaron como traidores. Alicia se encontró en una encrucijada, enfrentando una elección difícil: ceder ante las fuerzas corruptas o perseverar en la lucha por la verdad y la justicia. ¿Qué hará Alicia? ¿Qué haría usted? ¿De qué lado estaría usted, honestamente, ah?
El próximo jueves, en el siguiente microscópico episodio de esta macroscópica historia, el destino de Alicia y su Puerto Rico de las Maravillas quedará en un delicado equilibrio. Secretos ocultos serán revelados, alianzas sorprendentes se formarán y el futuro de la isla estará en juego. En medio de la incertidumbre, una cosa es segura: Alicia no se rendirá (pobrecita). Con el corazón lleno de coraje y una determinación férrea, continuará enfrentando los desafíos que se le presenten.
El próximo jueves, en el emocionante desenlace de esta ridícula historia, descubriremos si Alicia, sola o acompañada, logrará desentrañar el complot, acabar corrupción y abrir paso a un futuro lleno de esperanza y justicia. ¡No te pierdas el episodio ¿final? de esta microserie que se repite sin final!
El próximo METRO jueves, en el emocionante desenlace de esta ridícula pero verídica historia, descubriremos si Alicia, sola o acompañada, logrará desentrañar el complot, acabar corrupción y abrir paso a un futuro lleno de esperanza y justicia. ¡No te pierdas el episodio ¿final? de esta micro serie que se repite per sécula seculórum!