La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó esta semana que existen crecientes posibilidades de que se produzcan al menos dos años de mayor calor.
“Esperamos un grave aumento de la temperatura global en los próximos dos años”, anticipó en rueda de prensa el director del departamento de servicios de predicción de la OMM, Wilfran Mufuma, quien subrayó que hay que esperar nuevos estudios para cuantificar este mayor calentamiento.
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Según el informe presentado por el experto en Ginebra, el fenómeno de “El Niño”, que en unas regiones del planeta suele acompañarse de inundaciones y en otras de sequías, tiene un 60 % de posibilidades de desencadenarse antes de julio y la probabilidad aumenta al 80 % hacia septiembre.
Oscilación entre el fenómeno de “El Niño” y “La Niña”
El fenómeno de “El Niño” y su variante inversa, “La Niña” (ligada en principio a un enfriamiento del clima) son máximos y mínimos de oscilación térmica en las aguas del Pacífico Sur, actualmente en situación “neutral” tras tres años en los que rigió “La Niña”.
Mediciones del agua en superficie ya han mostrado que la temperatura del Pacífico nuevamente aumenta, lo que ha llevado a los expertos a anticipar la llegada de “El Niño”, que podría ir asociado a más lluvias en el sur de Ecuador, el noroeste de Perú, el sur de Brasil, el noreste de Argentina, el sureste de Paraguay, Uruguay, el centro de Chile y el norte de México, según los gráficos de OMM.
Sin embargo, “en grandes extensiones de la Amazonía, El Niño en otras ocasiones ha ido asociado a sequías”, subrayó Mufuma, mientras la OMM también suele vincular este fenómeno a escasez de precipitaciones en Indonesia, Australia, el sur de África y el subcontinente indio.
La duración y la intensidad de este periodo de “El Niño” aún no se pueden pronosticar, aunque habitualmente suele extenderse entre nueve meses y un año.
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El anterior ciclo de El Niño (2014-2015) contribuyó a que un año después, en 2016, las temperaturas del planeta fuesen las más elevadas desde que se tienen registros, por lo que en esta ocasión también podría causar sus peores efectos con cierto retraso, por lo que la OMM prevé que lleguen en 2024.
En el hemisferio norte, el aumento de la temperatura de las aguas favorece el desarrollo de huracanes en el Pacífico, pero dificulta la formación de los mismos en el océano Atlántico.
En las últimas semanas, algunos de los países que pueden verse potencialmente afectados por “El Niño” ya han comenzado a emitir alertas por lluvias en algunas regiones.
Según datos de la OMM, entre 2015 y 2022 se reportaron los ocho años más cálidos desde que se tiene registro.