Salud

Celimar: Intrépida intérprete de la diversidad

La joven ha adoptado como misión de vida abrir caminos de comunicación para mejorar la vida de la población sorda

Celimar Rivera Cosme se comunica a través de señas.
Señas. Celimar Rivera Cosme trabajó como intérprete en el concierto de Bad Bunny.

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“Nosotros lo único que no podemos hacer es oír”, afirma Celimar Rivera Cosme. Todo lo demás, es posible y ella se encarga de demostrarlo, ya sea en las canchas de voleibol, en una bicicleta de montaña, en medio de un estruendoso concierto de reguetón o frente a sus estudiantes del salón de clases.

Celimar, quien nació sorda parcial, ha convertido en su misión abrir caminos alternativos de comunicación para hacer la vida de esta población menos complicada de lo que la sociedad le impone y para que le reconozca sus derechos. Se estima que la población sorda en el país sobrepasa las 100,000 personas.

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En 2015, la joven de 32 años, se convirtió en la primera sorda parcial en completar un bachillerato en lenguaje de señas y por cinco años fue profesora universitaria de esa especialidad. Hoy, es reconocida por haber interpretado para la comunidad sorda el monumental concierto de Bad Bunny y, más recientemente, invitada para hacer lo mismo en el concierto del también intérprete de música urbana, Arcángel. Junto a un equipo, logró que le permitieran interpretar el último concierto de Karol G. También participa como intérprete en varias campañas publicitarias.

“Si un sordo compró boletos, ¿cómo no va a haber un intérprete? Podemos disfrutar por las vibraciones, por el mensaje que está llevando el intérprete, por el show en tarima”, explica Celimar.

La joven creció dentro de un núcleo familiar que se comunicaba por señas, pues su padre es sordo total, y su mamá y hermano son parciales. Su papá se empeñó en que ella aprendiera a hablar y la puerta que utilizó fue una cancha de voleibol, donde a los nueve años se vio obligada a practicar las palabras para poder comunicarse con su equipo.

“Gracias al deporte, sé que no soy menos que nadie ni nadie es menos que yo”, expresa. Ahora, también practica ciclismo. Mientras, en lo profesional, Celimar se dedicó los últimos dos años a ser maestra en el Colegio San Gabriel para sordos y hoy es la intérprete oficial de la institución.

“Los niños me ven en los anuncios. Me imitan. Me copian las señas y cuando hago contenido en las redes sociales hay muchos jóvenes que me siguen”, comenta, quien cuenta con más de 45,000 seguidores solo en la red social de Facebook. Ahí se presenta como Señas con Celi, que comenzó como una iniciativa para dar a conocer los negocios de emprendedores de la comunidad sorda en Puerto Rico y que ha evolucionado para compartir con la comunidad sorda y educar a los oyentes.

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En el primer estudio de necesidades que presentó el Instituto de Estadísticas el año pasado, 75% de los sordos totales encuestados dijeron haber enfrentado barreras al solicitar servicios del gobierno. Esa realidad no es ajena a Celimar, porque cada vez que su madre tenía una cita o necesitaba visitar una agencia de gobierno tenía que faltar a la escuela o a la universidad para servirle de intérprete, aun cuando las leyes disponen que existan intérpretes en estos centros de servicio.

“Eso no es justo, porque si un oyente puede ir independiente, ¿por qué un sordo no?”, cuestionó. Sin embargo, reconoce que en los últimos tiempos, gracias en parte al activismo de miembros de la comunidad sorda, ha visto mayor inclusión tanto en conferencias de prensa como en anuncios publicitarios y eventos. Además, siente regocijo de que más personas presentan interés en aprender el lenguaje de señas y desea que más oyentes abracen la diversidad sin temor a comunicarse con los sordos.

“Que no tengan miedo a encontrarse con una persona sorda. Siempre hay formas de comunicarnos y entendernos, porque somos iguales”, asegura Celimar.

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