La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) le puso un alto a la empresa Neuralink, propiedad de Elon Musk, para que comience a realizar pruebas de sus prototipos en seres humanos.
Fue en 2022, que Musk reveló sus intenciones con Neuralink, dedicada al desarrollo avanzado de interfaces cerebro-computadora mediante implantes.
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La meta de Musk era realizar experimentos con individuos, implementando un chip experimental en sus cerebros hasta lograr que funcionara bien.
Desde hace meses, el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT, por sus siglas en inglés), también comenzó a investigar a la firma, luego de que el Comité de Médicos de Medicina Responsable denunciara una situación de “manejo inseguro de patógenos peligrosos tras la extracción de los implantes del cerebro de monos”.
Sobre los motivos para negar el permiso y prohibir los experimentos, la entidad se basó en el riesgo que implica usar una batería de litio en el chip.
Además, a la FDA le preocupó que el cableado no permanezca en su sitio si está en contacto con la masa encefálica y los riesgos de daño cerebral al retirar el chip.