A lo largo de la historia de la humanidad, especialistas aseguran y enfatizan la importancia del dormir correctamente para preservar y mantener en buen estado la salud de las personas.
Aunque hasta los momentos la ciencia no ha podido determinar con exactitud la importancia del reposo nocturno, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre siete y ocho horas de descanso a la noche y si se puede, una hora de siesta diurna para eliminar los desechos del cerebro.
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En los últimos días, una investigación desarrollada por la Universidad de Stanford, en los Estados Unidos, determinó que gracias a la posición en la que se duerme se podría predecir varias patologías que puedan afectar a la salud en el futuro, situación que sin dudas sería una gran arma para batallar y prevenir las posibles consecuencias con un buen tiempo de anticipación.
Predicción de enfermedades a largo plazo
Un nuevo concepto denominado la “edad del sueño”, la investigación fue comandada por el doctor Emmanuel Mignot, perteneciente a la casa de estudio estadounidense citada, en la cual se revisó 12.000 estudios científicos que registraron las características individuales en relación con el sueño y sus efectos asociados con la salud, incluyendo aspectos como la movilidad, la respiración y los latidos del corazón, y esto en todos los grupos de edad.
Dichos resultados confirman que los individuos duermen en posiciones diferentes de acuerdo a sus edades, generando cambios en la calidad del sueño que permitiría determinar y estudias las causas y signos de envejecimientos y los problemas en la salud que conlleva el pasar de los años.
Los datos permitieron el desarrollo de un sistema que asigna una edad para dormir, lo que permite, entre otras cosas, identificar las variaciones del sueño más estrechamente vinculadas a la mortalidad.
“Nuestro principal hallazgo fue que la fragmentación del sueño, cuando las personas se despiertan varias veces por la noche durante menos de un minuto sin recordar, fue el predictor más fuerte de mortalidad. Aunque vemos una asociación en los datos, no se sabe cómo esto contribuye a la mortalidad. Esto es diferente de que una persona se dé cuenta de que se estaba despertando, lo que sucede durante los trastornos del sueño como el insomnio”, concluyó el doctor Mignot en el medio, Health.