Las cifras son preocupantes y determinantes, cuando aseguran que la Esclerosis Múltiple (EM) es diagnosticado cada 4 minutos y en el mundo se estima que las cifras de quienes lo padecen alcanzan los 2.8 millones de personas. La patología se puede presentar de manera crónica, inflamatoria, desmielinizante, degenerativa e inmunomediada que afecta al cerebro, el tronco encefálico, la médula espinal y los nervios ópticos.
La EM también afecta las neuronas y se considera por la medicina como una enfermedad degenerativa. Su causa exacta para hacerse presente no está definida por completo, pero se sabe que el sistema inmune es uno de los actores principales por atacar estructuras propias del sistema nervioso.
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Síntomas
La enfermedad se destaca por tener una importante variabilidad de síntomas y, sobre todo, sus maneras de presentarte, dependiendo de las áreas afectadas en el sistema nervioso.
Puede presentarse de maneras aguda o subaguda, generándose a lo largo de pocos días con duración e intensidad variables de los síntomas. Una persona con EM experimenta normalmente más de un síntoma, pero no todas las personas van a experimentar todos los síntomas posibles.
Disminución de la sensibilidad, pérdida de fuerza en una parte del cuerpo, alteraciones visuales por lo general de un solo ojo y trastornos del equilibrio pueden ser los síntomas más comunes presentados en sus víctimas. Episodios de fatiga, trastornos del ánimo, fallas cognitivas o disfunción de la esfera sexual pueden ser otros síntomas y efectos más secundarios.
¿Hereditaria o no?
Es importante aclarar que no se considera una enfermedad hereditaria, no obstante, el riesgo de contraerla pondría mayor énfasis en los familiares directos de una persona que la padece que en la población en general. La Esclerosis Múltiple afecta a jóvenes entre los 20 y los 40 años, no obstante, en forma menos frecuente también puede presentarse en adolescentes, siendo el género femenino las más afectadas dos a tres veces más por encima de los hombres.