Según Doraliz Ortiz Reyes, directora del Centro de Servicios Psicológicos Nueva Vida de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, en la época navideña, es común sentir soledad en medio de la alegría que provocan las festividades.
“Algunos la reciben con alegría, mientras que para otras puede llegar a representar un estresor que detone sentimientos de tristeza, soledad, irritabilidad, culpa o frustración. Son múltiples los factores relacionados con esto, pueden ser biológicos, psicológicos o sociales. A esto se suma que en los últimos años nuestra gente ha afrontado huracanes, terremotos, pandemia y los actos de violencia que se observan, lo que añade factores de riesgo que pueden llevar a experimentar ansiedad o depresión”, sostuvo Ortiz Reyes.
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De acuerdo con la psicóloga clínica, las personas pueden experimentar en este periodo diversas manifestaciones emocionales.
“Hay que distinguir el sentir tristeza de sentirse en depresión. Y es que todas las personas se sienten tristes o decaídas de vez en cuando, pero esto suele desaparecer en poco tiempo. Cuando hablamos de depresión es muy distinto, siendo la tristeza un síntoma presente junto con otros que son persistentes, es decir, la persona los experimenta casi todos los días, durante al menos dos semanas e interfieren con su funcionalidad”, agregó la experta.
La especialista señaló que, si se están experimentando estos síntomas, sobre todo si hay presencia de pensamientos de muerte o suicidio, se debe buscar ayuda con un profesional de la salud mental cuanto antes.
Ante esto, la Universidad Católica de Puerto Rico, en su compromiso educativo y social, inaguró varias clínicas de servicio psicológicos a la comunidad.
“En el recinto de Ponce se encuentra la Clínica Interdisciplinaria y en el recinto de Arecibo contamos con el Centro de Servicios Psicológicos Nueva Vida. Este es un programa subvencionado con fondos otorgados por el Departamento de Justicia para brindar servicios a personas perjudicadas por el crimen en alianza con la Pontificia”, finalizó.
