No cabe duda de que las rupturas amorosas son un tema delicado, que a muchos les cuesta una gran cantidad de tiempo superar.
Es un duelo que se debe tomar con calma, el cual llega a afectar a la persona en su presente y sus futuras relaciones.
PUBLICIDAD
No exageramos, menos cuando se pensaba que ese otro individuo era con quien íbamos a pasar el resto de la vida.
Es un golpe duro, que se debe trabajar para superar.
Lo cierto es que a algunos les pega más que a otros. Aunque cada quien lo sufre y enfrenta a su manera, sí hablamos de sexos, ¿quién es el más afectado?
Los hombres no vuelven a ser los mismos, tras un rompimiento
Aunque parece raro de comprender, una investigación de la Binghamton University y London University College sostuvo que los hombres nunca se recuperan ni vuelven a ser los mismos, luego de un rompimiento.
Ellos siguen adelante, pero en ocasiones hablan de sus sentimientos y en otras no, debido a la educación patriarcal que llevan desde pequeños, en la que no deben verse vulnerables ante la sociedad.
PUBLICIDAD
Mientras muchos callan y lidian como pueden con su soledad, las mujeres comentan sus heridas para sanar el dolor.
Las mujeres, con más sufrimiento
Así, el estudio revela que las mujeres experimentan más sufrimiento emocional en un corte, pero los hombres nunca o casi nunca se recuperar a 100 por ciento (personas heterosexuales).
En tanto, en 2015, los analistas solicitaron a cinco mil 705 personas de 96 países distintos que calificaran su dolor físico o emocional, en una escala de cero (ninguna) al 10 (intolerable).
Las mujeres promediaron 6.84 en términos de angustia emocional contra 6.58 en los hombres; mientras que en dolor físico, las chicas tuvieron una media de 4.21 frente a 3.75 del sexo masculino.
Pero al ventilar su dolor físico y mental, las mujeres suelen recuperarse más rápido de su ruptura amorosa.
“Las personas pierden su trabajo, los estudiantes pierden sus clases y los individuos pueden involucrarse en patrones extremadamente autodestructivos tras un rompimiento”, dijo Craig Morris, investigador asociado el estudio.