Para algunos, procrastinar se siente bien, pues no haces nada, estas acostado, sientes que “tienes tiempo” para ti, pero en realidad estás afectando a tu cerebro: el sistema límbico y la corteza prefrontal son los que más sufren.
¿Qué es procrastinar?
Procrastinar es aplazar cualquier actividad y cada uno de nosotros lo hemos hecho en algún momento, pero al menos uno de cada cinco personas son procrastinadores compulsivos, ya que viven de posponer tareas y quehaceres.
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“Se les llama procrastinadores crónicos. Y resulta que este comportamiento hace mucho más daño de lo que piensas”, reseña businessinsider.com. Si usted prefiere acostarse a ver televisión que lavar la ropa, acaba de darle al cerebro un duro golpe.
“Por un lado, está su corteza prefrontal. Esa es la parte de tu cerebro que establece metas a largo plazo y regula el autocontrol. Te está diciendo que esos platos no se van a lavar solos. En el lado opuesto está tu sistema límbico. Se trata del placer, la excitación y la recompensa”.
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Dañino para tu cerebro
La procrastinación le hace creer a tu cerebro que eres feliz, porque te divertirás viendo la TV y lavar los platos no es divertido. Tú te sentirás bien dejando tus responsabilidades para otro día, pero el cerebro sufre y no es bueno, a largo plazo.
Estudios universitarios encontraron que las personas que posponen sus actividades y son procrastinadores crónicos, tienen un GPA mucho menor que quien sí hace sus responsabilidades a tiempo. Los procrastinadores crónicos también suelen enfermarse mucho más. Los procrastinadores sufre más de culpa y de ansiedad cuando eligen sentarse a no hacer nada.
Según estudios, los investigadores descubrieron que procrastinar se relaciona con la falta de confianza, poca energía y depresión.