“Los matrimonios que preferiría para nuestra colonia serían entre primos. De esa manera debemos estar seguros de la honestidad del alma y la pureza de la sangre”. Esta frase es de Pierre-Samuel du Punt, un economista y patriarca de una familia manufacturera, y fue escrita en 1810, de acuerdo con la Enciclopedia Británica.
Las grande familias de la nobleza europea como los Habsburgo, ricos banqueros como los Rothschild y otros, consideraban que era una forma de perpetuar “su limpieza”, evitando mezclarse con otras personas.
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Pero también el común de la gente lo hacía, por cercanía a la persona. Por familiaridad. Era más fácil adaptarse a alguien tan cercano como un primo que a un extraño.
Con el paso del tiempo, y con la evolución de las investigaciones genéticas, se ha confirmado que esta práctica es problemática para la salud de los descendientes.
Pero, ¿cuáles son los motivos?
Las razones genéticas por las que es malo casarse entre primos
La BBC conversó con la genetista Wendy Chung, de la Universidad de Columbia en Nueva York, que investiga los trastornos genéticos.
Como explica Chung, a medida que un embrión crece en el útero, hay todo tipo de formas en que los genes pueden cambiar y causar trastornos. Por ejemplo, anomalías como el labio leporino, anemia de células falciformes, fibrosis quística o atrofia muscular espinal.
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“Simplemente por el hecho de decidir tener descendencia corres entre un 3% y 4% de riesgo de tener un hijo con uno de los principales tipos de problemas. En una pareja de primos hermanos, se duplica ese riesgo”, señala la experta.
“Hay ciertas condiciones en las que se necesitan dos para que suceda algo. Tienes dos copias de tu gen, una de tu mamá, una de tu papá y para determinadas condiciones se necesitan estos cambios genéticos en ambas copias de los genes para causar un problema”.
“Si tienes el 50% de ese gen haciendo su trabajo, puedes arreglártelas. Pero cuando tienes el 100% (anómalo), ahí es cuando ocurre la travesura”, dice Chung, refiriéndose a las condiciones autosómicas recesivas.
Las regulaciones estatales respecto al tema
Según el portal FiveThirty Eight, en un trabajo de 2015, cerca del 10.4% de la población mundial está casada con un primo segundo o más cercano, o es producto de tal unión: eso es casi 750 millones de personas.
En Estados Unidos, 25 estados prohíben el matrimonio entre primos hermanos, y otros siete tienen restricciones al respecto.
Muchas parejas mantienen esa tradición, más allá del tabú, pero no deja de ser un tema preocupante sobre todo en lo sanitario. De allí a que los gobiernos regulen con mucho peso el matrimonio entre primos.